Hay que arropar a Bojan Krkic

A rey muerto, rey puesto. Desaparecido Ronaldinho por sus tan cacareadas 'molestias' y por su situación que le ha llevado a un punto sin retorno, el noi de Linyola se ha convertido en el nuevo ídolo de la afición barcelonista. El domingo Bojan vivió su gran tarde como futbolista, con una excelente actuación, coronada con dos goles, que sirvieron para que su equipo se situara sólo a cuatro puntos del Real Madrid. Fue aplaudido a raudales como los grandes toreros y sólo le faltó salir a hombros del Camp Nou. A sus 17 años no se le puede pedir más. Es la joya de la corona azulgrana, un diamante en bruto al que aún hay que pulir, un jugador que lleva el mismo inicio del madridista Raúl (el espejo donde deberían mirarse todos las jovenes promesas) y un muchacho con la cabeza en su sitio, que eso es también muy importante. Lo tiene todo para triunfar, para llegar incluso a tocar el cielo. Ayer también lideró la sub'21, donde su presencia es sinónimo de gol (lleva 21 goles en 24 partidos oficiales con la sub'17 y sub'21), pero ¡ojo! hay que saberlo llevar de la mano y no encumbrarlo a los altares antes de tiempo.

Aún le queda mucho que sufrir, tener duende y hasta tener más paciencia que el santo Job. Precisa que le arropen tanto el técnico como sus compañeros de vestuario y que, entre todos, le enseñen las artes para llegar a ser un buen día un capitán como Dios manda y un ídolo que sepa estar a las duras y a las maduras. Tiene que ir paso a paso para que no vuelva a sufrir la crisis de ansiedad que padeció tras la primera llamada de Luis Aragonés a la selección absoluta. No debe creerse a pies juntillas que ya tiene ganada la titularidad. Ni mucho menos. Yo le aconsejaría a Bojan que cuanto más pase desapercibido, mucho mejor, y no me refiero por supuesto a que lo haga sobre el terreno de juego, que es ahí donde tiene que demostrar su valía, sino en su vida personal.

Me consta que ha pasado por malos momentos, sobre todo tras la marcha de su gran amigo Marc Crosas al Olympique de Lyon, me consta que se encontraba muy solo en el vestuario, pero sé de buena tinta que ahora todo es muy distinto. Hay muchos compañeros, sabedores de la soledad en la que se encontraba, que le han empezado a arropar, le dan consejos y le animan si es que en algún momento le notan alicaído. Bojan, no olvides, que tú vales mucho.