Escalada deportiva

La escaladora Ainhize Belar hace historia con el primer 9a+ femenino de España

A principios de septiembre, Ainhize Belar ascendió una ruta de 9a+ de la cueva de Baltzola. Además de hacer historia por ser la primera española en conseguir tal dificultad, la joven escaladora vizcaína (18 años) firmó la quinta ascensión de la vía en 22 años.

Ainhize y su entrenador Pedro Bergua durante unas pruebas en las instalaciones de Sputnik Las Rozas

Ainhize y su entrenador Pedro Bergua durante unas pruebas en las instalaciones de Sputnik Las Rozas / SputnikClimbing

Josune Bereziartu, en 2002, se convirtió en la primera escaladora del mundo que escalaba noveno grado. Lo logró con una ruta en Suiza llamada Bain de sang (9a), un nombre muy ilustrativo que habla de la tortura a la que se someten los dedos para progresar sobre unos agarres “del grosor del ala de una mosca”, comentaban los escaladores de la zona. La guipuzcoana, tres años después, subió la apuesta con otro hito de la escalada de dificultad, la primera femenina a un 9a/a+: Bimbaluna, en St. Loup, el mismo lugar de Bain de sang.

Casi han pasado 15 años desde aquella escalada histórica y en este tiempo siete escaladoras han alcanzado el 9a+ y cuatro de ellas el 9b. Pero nos faltaba el 9a+ femenino de nuestro país, algo a lo que Ainhize Belar puso remedio el pasado 7 de septiembre. La tarde de aquel día la joven escaladora vizcaína (18 años) fue responsable de que los whatsapp de buena parte de la comunidad escaladora internacional se incendiaran. Y no era para menos: había conseguido Iñi ameriketan, en la cueva de Baltzola (Vizcaya), una ruta que en 22 años solo había visto cuatro ascensiones y no contaba con una repetición femenina.

Mitología, grado duro y el agarre de “la peseta”

En la cueva de Baltzola habitó Sugoi, el genio consorte de Mari, la dama de Amboto, y también el hijo de ambos, el maléfico Mikelats. Además de estar fuertemente vinculada a la mitología vasca, la bóveda de Baltzola ha sido escenario de algunas páginas de la escalada deportiva extrema. Pero no se trata de un sitio amable ni demasiado frecuentado por escaladores. Envuelta en un ambiente lúgubre, resulta difícil encontrar un día en el que la temperatura y la humedad hagan posible la escalada. Sus rutas son impresionantes y se han ganado por derecho la fama de tener una cotación muy apretada (es decir, vías marcadas con el mismo grado en otras escuelas resultan por lo general más sencillas de resolver). La prueba la tenemos en la misma Iñi ameriketan.

Los primeros ascensionistas de Iñi (Rikar Otegi en 2002 y Patxi Usobiaga en 2003) dejaron la vía en 9a, hasta que en mayo de 2014 apareció por la cueva el checo Adam Ondra, el mago de la escalada, para realizar la tercera tras una buena lucha. Para él, Iñi ameriketan era 9a+. Con un centenar de novenos en su historial, nadie se atrevió a discutirlo. Iban Larrión, cuarto ascensionista, confirmó la cotación de Ondra tiempo después.

El también vasco Patxi Usobiaga, campeón del mundo en 2009, con motivo del aniversario de su escalada a Iñi ameriketan escribía en sus redes: “Hace hoy 18 años de mi ascensión a la que considero la vía más dura que jamás he escalado (…). Todo se concentraba en una secuencia de 7 movimientos en un desplome que rondará los 50 grados, o quizás más. La secuencia acababa con el colofón de agarrarme a una peseta [se refiere a que el grosor del agarre era similar al del canto de una moneda] en la cual colocaba el dedo índice y el resto de los dedos los montaba en él (…). La evolución ha dado como resultado otro sistema que evita el problema en el agarre antes de la peseta [se refiere a que los dos siguientes ascensionistas dieron con un movimiento distinto que evitaba tener que traccionar sobre “la peseta”]. Es una pena que no puedan vivir lo que yo viví; fue duro y exigente, casi imposible para mí, pero fue…”.

‘Me gusta escalar cerca de casa’

“Algún local me recomendó que probara la vía, que la sección dura tenía regletas [agarres planos donde no cabe más de una falange del dedo] y eso se me da bien”, nos contaba Ainhize poco después de su escalada. “Por mi altura [1,57], los movimientos que usaron otros escaladores me resultaban imposibles, así que tuve que descubrir mis propias secuencias”. Su coreografía durante los 30 metros de recorrido del itinerario incluía agarrarse a la famosa peseta de Patxi Usobiaga (ahora quizás un euro…) y traccionar de ella. En este vídeo se puede ver un intento de Ainhize a la famosa secuencia.

Ainhize podría haber viajado a zonas de roca donde las condiciones están prácticamente garantizadas durante algunos meses y probar vías más llevaderas, pero eligió Baltzola. “Me gusta escalar cerca de casa, son estilos a los que estoy acostumbrada, me siento cómoda. Es verdad que a veces en Baltzola lo más difícil es encontrar la vía con los agarres secos. Este año se ha tirado dos meses mojada y eso hace que conseguir un proyecto se alargue mucho tiempo, años a veces. Esos días en los que me encontraba la vía mojada no me daba media vuelta y regresaba a casa; me metía en ella para ir trabajando por secciones y no perder la forma”.

La ascensión de Ainhize Belar a Iñi ameriketan es sin duda una escalada histórica. Supone, además del primer salto de dificultad en la escalada femenina de nuestro país desde 2005, la repetición de una de las vías más duras y menos repetidas de nuestra geografía.

Ainhize, 9a con 17 años

Ainhize Belar (Vizcaya, 2006), vive en Atxondo y comenzó a escalar a los 8 años con su familia (tanto su madre como su padre son montañeros y escaladores). Durante la niñez Ainhize compatibilizó la escalada en roca con la competición; llegó a ganar varios campeonatos de vías y boulder en categoría juvenil y fue campeona de Euskadi en categoría absoluta. Pronto comenzó a especializarse en la escalada en roca y, en 2023, consiguió Begi Puntuan, su primer 9a.

Ainhize forma parte del proyecto Sputnik Investigación como integrante del Equipo Sputnik y cuenta con el apoyo de un equipo multidisciplinar formado por entrenadores, fisioterapeutas, psicólogo deportivo y nutricionista. Sus entrenadores, Pedro Bergua y Ekhiotz Alsasua, la acompañaron varias veces a la cueva para analizar errores y crear una estrategia de escalada en Iñi ameriketan.