Bubka, el héroe que escapó de Kíev

El mítico pertiguista rompió su silencio para rememorar su salida de Ucrania en el inicio de la invasión

“Bach me dijo que me necesitaban porque sin mí no sabían cómo administrar la ayuda”, explicó

Serguéi Bubka, miembro del COI, en un Foro Mundial en Moscú

Serguéi Bubka, miembro del COI, en un Foro Mundial en Moscú / EFE

Cristina Moreno

De héroe a villano pasó el mítico pertiguista ucraniano Serguei Bubka en tan solo unas semanas. Con el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el COI pidió a Bubka, presidente del Comité Olímpico Ucraniano, que coordinara la ayuda para su país. Él mismo escribió una carta abierta a principios de marzo pidiendo ayuda para su pueblo.

Pero sus compatriotas esperaban más de él. Al menos que, como han hecho otras figuras del país, se uniera a la resistencia. En las últimas horas, la prensa ucraniana y algunas personalidades han empezado a criticar su ausencia y su posición, demasiado neutral. 

Una situación que ha hecho volver a la palestra al pertiguista, quien hace unos pocos días visitó a un grupo de refugiados en Roma. Ahora, el oro Olímpico en Seúl 88, ha contado su experiencia durante el conflicto. “Al principio, cuando empezó, yo estaba en Kiev. Ocurrió a las cinco de la mañana. Me costaba creer lo que estaba pasando”, asegura Bubka en declaraciones que recoge ‘Tribuna.com’. En la entrevista, el atleta recuerda que lo primero que hizo fue ponerse en contacto con el presidente del COI, Thomas Bach, quien le requirió en Lausana para “hacerme cargo de la distribución de los recursos del Fondo de Solidaridad”. “Dijo que me necesitaban porque sin mí no entendían cómo administrar este apoyo. Este equipo se creó con este fin en Lausana y en Ucrania. Algunos de los miembros se quedaron en Alemania, otros se quedan en Polonia como refugiados”, explica Serguei.

largo viaje

El que ha sido todo un héroe para Ucrania, poseedor de 35 récords mundiales en salto con pértiga y seis veces campeón mundial, explicó también cómo fue la salida de su país después de la invasión rusa, en un largo viaje desde Kiev hasta cruzar la frontera.

“Salí de Ucrania el 28 de febrero como refugiado. Viajaba en tren de Kiev a Lviv. Imagínese, en tres metros cuadrados, nueve niños, nueve adultos, equipaje. Algunas personas no llevaban comida, así que me llevé un poco y compartí con ellos. El viaje duró doce horas. Tuvimos que ir a Uzhgorod para cruzar la frontera. No estábamos seguros de lo que podría pasar en un minuto”, rememoró.

Como tantos ucranianos, Serguei Bubka ha tenido que dejar atrás a familiares y amigos, que por una razón u otra no han podido abandonar sus casas, lidiando a diario con el peligro de la guerra. El propio atleta explicó cómo su madre, de 85 años, sigue en Donetsk. “Lo que pasó parece un mal sueño. Lo que experimentamos no se puede expresar con palabras. Para mí personalmente, es muy difícil por mi familia. Mi madre tiene 85 años, no puede moverse. No está sola, la cuida su hermano mayor. Él tampoco puede salir, y hay que recordar que están en Donetsk . Eso es todo lo que puedo decir”, explicó.