Belmonte, una sirena entre espinas

Los recientes Campeonatos de Europa en piscina corta (25 metros) disputados en Rijeka han devuelto a la natación española al primer plano de la actualidad. Mireia Belmonte, una catalana que acaba de estrenar mayoría de edad, rompió todas las barreras al ganar la medalla de oro en los 400 metros estilos y establecer, de paso, un nuevo récord del mundo en la especialidad. Es la primera deportista catalana que logra semejante hito.

Tras el fracaso olímpico en el 'Cubo' de Pekín, su actuación -unida a la de Aschwin Wildeboer, que regresó de Croacia con una medalla de oro, dos de plata y dos récords europeos; Rafa Muñoz, que sumó una plata y un bronce y, finalmente el barcelonés Alan Cabello, con un bronce- suponen poco menos que un milagro atribuible, única y exclusivamente, a su trabajo.

No, decididamente no hay que buscar otra explicación dónde sólo se esconden infinidad de horas de entrenamiento. Mireia Belmonte es la exhaltación del talento natural pero el de ella, como el del resto de compañeros de selección, es un camino sembrado de espinas. La natación española busca un nuevo rumbo con el único propósito de llegar a los Juegos de Londres'2012 en condiciones.

Por el momento, la dulzura y el talento inmaculado de Mireia Belmonte unido a la capacidad de Aschwin Wildeboer y de Rafa Muñoz lo eclipsan todo. Ellos son los mejores con diferencia. Lo mismo pasó tiempo atrás con Nina Zivanevskaia o con Martín López Zubero. ¿Significa eso que la natación española goza de una excelente salud? No exactamente... En este deporte, una cosa son los Europeos y otra muy distinta, unos Juegos o unos Mundiales, donde estadounidenses y australianos ejercen un poder tiránico y abrumador que marca distancias siderales.

Fernando Carpena, que acaba de ser elegido presidente de la Federación Española (RFEN), se ha puesto al frente del proyecto. Ayer mismo se supo que estará acompañado en esta largo y proceloso viaje por Enric Bertrán, nuevo presidente de la Catalana. Hay muchas fisuras que tapar. Con Wildeboer en Dinamarca -se ha ido de España por falta de medios-, Tatiana Rouba en Francia, Rafa Muñoz en Marsella -en el mismo grupo de trabajo de Laure Manadou-... el vacío existencial se hace casi insoportable. Es evidente que las tendencias han cambiado. Si hace unos años, las figuras optaban por prepararse en las universidades estadounidenses, ahora lo hacen en Europa.

Carpena tendrá que poner en orden la casa. No es de recibo que pocos días después de haberse celebrado unos Europeos en piscina corta se lleven a cabo los Nacionales (empezarán este próximo jueves). En Francia se hace a la inversa. Es lo lógico; lo mismo sucede en deportes como el atletismo... La natación española ha de buscar puntos de referencia. Y copiar para mejorar lo copiado.

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