Altadill: "Arriesgamos nuestras vidas"

A los navegantes del 'Estrella Damm' les tuvieron que bajar del barco; sus vidas estaban en peligro

Guillermo Altadill y Jonathan McKee pasarán las Navidades con sus respectivas familias. Su barco dijo basta en Ciudad del Cabo (Suráfrica) después de 33 días de navegación tras soportar unas condiciones que hacían imposible la vida a bordo. El barco más moderno de la flota, se lanzó al agua a finales del mes de junio, no superó la dureza del test de la Barcelona World Race.

Una importante avería en la caja del timón del 'Estrella Damm' desaconsejó continuar la aventura. Por delante quedaban 10.000 millas en los océanos del Sur, las más peligrosas. "Los dos navegantes querían continuar, pero era una responsabilidad muy grande", reconoce Jordi Blanch, portavoz del equipo. Tuvieron que recordarles que entraban en una zona en la que no sería posible llevar a cabo ninguna operación de salvamento. Si surgía algún contratiempo se las tendrían que arreglar con sus propios medios. Nadie podría ir a buscarles. La nave no tenía una fiabilidad suficiente.

"Arriesgamos nuestras vidas por una competición, pero hay que saber mantenerse dentro de los límites razonables de seguridad", dice Altadill, que recuerda que "no había garantía de que el barco fuera suficientemente seguro" tras la reparación de urgencia realizada en Ciudad del Cabo por el equipo de tierra del 'Estrella Damm' que hubiera necesitado dos semanas de trabajo para recomponerlo correctamente.

"Este es un deporte técnico y cuando sales a una regata sabes que esto puede pasar. A veces yo no entiendo por qué los coches de Fórmula 1 se estropean en la primera vuelta, con todo el dinero e investigación técnica que tienen detrás", compara el barcelonés.

Su compañero de aventura, el estadounidense Jonathan McKee, no consiguió completar su primera vuelta al mundo: "Fue difícil tomar la decisión de parar en Ciudad del Cabo, porque desde el principio los dos queríamos hacer la vuelta sin escalas. Pero estábamos en uno de los océanos más inhóspitos. Tardamos tres días en llegar a tierra desde el incidente con el timón".

Para Frederic Segarra, responsable de Comunicación y Relaciones Externas del Grupo Damm, "la seguridad era una prioridad absoluta, de ahí que siempre hayamos respaldado la decisión tomada en Suráfrica". Segarra destacó el "talento, el compromiso, el esfuerzo y la determinación" de los dos navegantes del equipo.