Investigación

Nuevos hallazgos en el Turuñuelo, en Badajoz: una placa con escenas de guerreros, la puerta de entrada y más de 200 piezas cerámicas

Los investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida presentan los resultados de la última campaña de excavaciones en el yacimiento tartésico de Guareña, que permiten avanzar en la interpretación de esta cultura

Nuevos hallazgos en el Turuñuelo: una placa con escenas de guerreros, la puerta de entrada y más de 200 piezas cerámicas

Nuevos hallazgos en el Turuñuelo: una placa con escenas de guerreros, la puerta de entrada y más de 200 piezas cerámicas / CARLOS GIL

Guadalupe Moral

Faltan muchos misterios por resolver en torno a la civilización de los tartesos, llena de mitos y leyendas que el yacimiento de Casas del Turuñuelo, en Guareña, está convirtiendo en realidades. Con cada nuevo hallazgo se reescribe un poco la historia de una de las primeras civilizaciones occidentales, que dominó el Mediterráneo hace 2.500 años, y acaban de desvelarse nuevas sorpresas.

De hecho, "se da la paradoja de que el estado de conservación del Turuñuelo, en la periferia geográfica que sería el Valle del Guadiana, nos está permitiendo conocer mejor la cultura tartésica que desde su propio núcleo, que es el Valle del Guadalquivir; tenemos una documentación mucho más rica", apuntaba este jueves uno de los codirectores del yacimiento, Sebastián Celestino, durante la presentación de los nuevos hallazgos en el túmulo.

Vista aérea del yacimiento de Casas del Turuñuelo, con la última fase de excavaciones completada.

Vista aérea del yacimiento de Casas del Turuñuelo, con la última fase de excavaciones completada. / / CSIC

"Ya tenemos la puerta de acceso al este del edificio", aseguraba Celestino. Es uno de los descubrimientos de la sexta y última campaña de excavaciones (comenzaron en 2015) que han sido expuestos esta mañana junto a la codirectora Esther Rodríguez, el equipo del Instituto de Arqueología de Mérida (centro mixto del CSIC y la Junta de Extremadura) y la consejera de Educación, Mercedes Vaquera, entre otras autoridades. Hallar la entrada en la fachada monumental del edificio principal demás de tres metros de altura era uno de los objetivos que se habían marcado, después de que el año pasado aparecieran junto a esta los rostros que suponen las primeras representaciones humanas que se conocen de esta civilización. Se encuentra en un "excelente" estado de conservación que permite documentar técnicas constructivas y soluciones arquitectónicas que hasta ahora no se habían documentado en un yacimiento tartésico.

Puerta de acceso al monumento.

Puerta de acceso al monumento. / / CARLOS GIL

Pero no es el único hallazgo. La puerta del edificio monumental da acceso a un patio con suelo de pizarra y a una gran calle que está llena de espacios dedicados a la artesanía y vinculados entre sí, lo que cambia el concepto que se tenía del lugar hasta la fecha, pues se creía que se trataba solo de un edificio monumental y ya se sabe que era un complejo. "Ahora gana en relevancia el papel político, económico y comercial que juega en el territorio", destaca Esther Rodríguez.

En ese espacio exterior descubierto ahora tiene especial trascendencia lo que sería un taller de alfarería, en el que se ha encontrado un torno de alfarero, una zona en la que se ubicaría un horno y decenas de herramientas y piezas elaboradas, probablemente los últimos trabajos realizados por el artesano antes de abandonar el edificio, que incluso están firmados. 

"Hemos conseguido recuperar más de 200 piezas cerámicas de gran calidad", cuenta la codirectora de la investigación. La mayoría fueron producidas en el propio yacimiento y se cree que para consumo local, pero también hay material de importación traído de Grecia y no se descarta la actividad comercial. De lo que no cabe duda es que "por primera vez nos vamos a poder acercar al trabajo que desarrollaban los artesanos en esa época y conocer en profundidad a estos personajes, que es uno de los aspectos más desdibujados de la sociedad tartésica hasta el momento", subraya la codirectora del yacimiento. "Es un ejemplo único en la arqueología penínsular y nos acerca al conocimiento de los procesos artesanales en esa época", inisiten los directores del equipo de trabajo.

Imagen completa de las placa de pizarra que contienen escenas de guerreros del siglo VI-V a.C.

Imagen completa de las placa de pizarra que contienen escenas de guerreros del siglo VI-V a.C. / / CSIC

El último tesoro del Turuñuelo

Y en otro de esos espacios de artesanía ha aparecido lo que es, sin duda, la joya de la última campaña de excavaciones: una tablilla de pizarra de unos 20 centímetros grabada por sus dos caras con varias figuras humanas. "En una cara hay dos guerreros luchando perfectamente ataviados con su armamento y vestimenta y un tercer guerrero a los pies, desnudo. En la otra cara hay otro personaje ataviado con su casco. Es una pieza muy significativa, es el primer boceto de un artesano del siglo V a. C. que se documenta a nivel arqueológico en la Península Ibérica y para nosotros es un tesoro porque guarda un gran volumen de información", explica Rodríguez. 

Es una pieza tan relevante y única que incluso, asegura, aporta más información que los propios rostros hallados el año pasado (continúan restaurándose en el Instituto de Patrimonio Cultural de España) y de los que aún quedan fragmentos pendientes de encontrar. "Hay un grado de detalle que nos va a permitir conocer muchos aspectos sobre la vestimenta o el armamento que sigue siendo completamente desconocido en el Tarteso".  

La tablilla de pizarra grabada. /

La tablilla de pizarra grabada. / / CARLOS GIL

En total, se han podido individualizar y excavar cuatro espacios en los que se han recuperado lotes de cerámica, distinguiéndose recipientes cerámicos en miniatura, cerámicas con decoración incisas, diversas herramientas de hierro, un lote de marfiles o un conjunto de presas de telar en proceso de fabricación "que ponen de nuevo de manifiesto la existencia de una artesanía del tejido en este enclave", destacan.

Toda esta nueva información se suma a los hallazgos en las excavaciones anteriores y vienen a arrojar más luz sobre esta cultura occidental que en el siglo V a. C. realizó un ritual final en esta zona del término municipal de Guareña, que incluyó el sacrificio de animales, un incendio y el enterramiento de todas sus construcciones que ahora vuelven a salir a la luz gracias al proyecto de investigación Construyendo Tarteso, al que todavía le queda mucha vida. De hecho, la consejera de Educación, Mercedes Vaquera, ha resaltado el apoyo de la Junta de Extremadura a la investigación del yacimiento, el cual todavía tiene enterrado más de la mitad de túmulo. "Es un dinero muy bien invertido y rentabilizado", dijo. 

La próxima campaña

Termina el trabajo de campo, pero los investigadores (entre los que se encuentran, además de Rodríguez y Celestino, otros siete arqueólogos: Pedro Miguel Naranjo, Guiomar Pulido, Andrea Gil, Laura Salguero, Luis Miguel Carranza, Carla Fernández y Sabah Walid) centrarán sus esfuerzos ahora en estudiar los restos recuperados con la vista ya puesta en la próxima campaña de excavaciones. "Nuestra meta es delimitar esas áreas de producción que parece que se prolongan al menos por todo el lado oriental de yacimiento y en paralelo comenzaremos a abrir las habitaciones que flanquean el espacio principal, que cuentan con una grado de conservación excelente y nos pueden ayudar a definir la funcionalidad del edificio", concluye Sebastián Celestino. Quedan muchas sorpresas por desvelar.