Entrevista

Manolo García: "En mis letras hay una intención poética, pero también de reflexión"

El artista, a través de la música, pretende no sólo que el público disfrute, sino concienciar sobre la situación que vive el planeta

El artista Manolo García

El artista Manolo García / URBAN

Saray Fajardo

La gira de Manolo García, "Cero emisiones contaminantes desde ya", es una declaración de intenciones en toda regla. Para el artista el cambio climático es "una inquietud" y, por eso, a través de la música pretende, no sólo que el público disfrute, sino concienciar sobre la situación que vive el planeta. 

¿Cómo está yendo la gira?

Está yendo como un cañón. Está yendo muy bien. La gente responde de maravilla. Son noches muy bonitas donde conseguimos un grado de pasión y de disfrute alto.

Y, además, al entrar en la página web, aparece el cartel de 'Sold out' en la mayoría de conciertos.

Por suerte para mí, así está siendo. Eso también forma parte del disfrute. Poder constatar que hay un interés por tu trabajo y por tu propuesta escénica. Toda la vida me he volcado en las giras, siempre he intentado dar al máximo todo lo que se puede, dentro de mis posibilidades.

Tras una gira de teatros regresas con un tour más potente.

Los conciertos ahora en primavera e inicio de verano, que son la mayoría al aire libre, también son más multitudinarios y mucho más festivos. El teatro da una posibilidad muy bonita de recogimiento. Es un proyecto sonoro mucho más adecuado para lo que se pretende. Cuando tú quieres oír una canción en un teatro, la sonoridad es mucho mejor. En un sitio grande es diferente. Lo que importa, más que el buen sonido que también se procura, es que la gente salte, baile, disfrute de la noche y del momento. Son diferentes propuestas, pero las dos me gustan. Ahora estoy inmerso en esta segunda propuesta, que es la de al aire libre, en espacios grandes. Está siendo muy divertido ver cantar y saltar a 10.000 o 15.000 personas juntas. Es una experiencia única.

Sueles decir que en tus conciertos no quieres cantar solo tú, sino que el público también cante.

Sí. No quiero que sean espectadores, quiero que participen. Eso se consigue en el momento que hay canciones, un repertorio que conocen de años, que se las saben. Y no hay nada más placentero que cantar en grupo. Tú puedes cantar en la ducha y es muy divertido, pero cantar con 3.000 más es magnífico. Es una forma de viaje chamánico positivo y una sensación de euforia maravillosa.

¿Están las canciones de siempre?

También hago una presentación de lo último, hay una mezcla de canciones nuevas, de los nuevos discos porque son dos. Y, evidentemente, repaso las canciones que la gente quiere escuchar y que yo quiero tocar para ellos, con algunos cambios para que las hagan un poquito más atractivas, sorprendan un poco más y que sean más explosivas.

¿Cómo surge esta apuesta por un doble disco?

Un músico encerrado en ese tiempo de COVID y confinamiento tiene las herramientas para poder grabar ideas. Tienes una de las cosas que más te gusta en la vida, que es componer y grabar. Y, por eso, sale un disco doble porque tienes mucho más tiempo. En un periodo normal, donde todo el mundo sale y entra de las casas, haces menos cosa y estás más en el exterior.

¿Si hubiese sido en otras circunstancias, los hubieses presentado por separado?

Probablemente. El músico no tiene norma. Yo no tengo norma de trabajar, no tengo una disciplina. Voy haciendo. Lo que me gusta es que me sobren canciones y maquetas para poder elegir mejor. Si tienes más tiempo, vas acumulando más maquetas ya grabadas, que ya dejan ver si va a haber una canción bonita. Si quiero tener un disco con 11 canciones, tendré que hacer como mínimo 20 o 25 para poder elegir.

¿Qué haces con las otras?

Las voy guardando. Algunas las rescato, a lo mejor, tres años después, y las retoco.Hay otras que no, que el paso del tiempo no perdona y las oyes tres años después y la borras completamente.

 El título de la gira es una declaración de intenciones.

Esta es una inquietud que yo he sentido siempre. Siempre he tenido la percepción de que somos un planeta cada vez más habitado. Somos 8.000 millones de personas y vamos camino de los 10.000 millones. Todos queremos funcionar a todo tren y no es posible. No podemos agotar los recursos ni contaminar los mares, los ríos, el aire… La temperatura en el planeta puede traer consecuencias nefastas, sobre todo para las generaciones venideras, a las personas que están por nacer o incluso que ya han nacido, que son jóvenes. En pocas décadas aumentará la temperatura en el planeta y puede haber una catástrofe de emisiones no controladas. Esta inquietud mía es la que me lleva a poner este título. La macroeconomía manda, el dinero manda, pero pueden ganar mucho dinero con energías limpias y renovables. Es urgente.

¿Cómo se puede contribuir desde la música a evitar este cambio climático?

Concienciando. Soy una persona concienciada con esta idea. Podría aprovechar el punto de protagonismo que tiene un artista y dedicarme a anunciar barcas comerciales para lucro mío, pero creo que uno de los males del mundo. Desgranar este discurso ya es una forma de activismo.

Sus conciertos no sólo son música, sino también un espacio de reivindicación.

Yo tengo una conciencia social. Soy un músico con un discurso. En mis letras hay una intención poética, lírica, pero también de reflexión. A mí la música lúdica me puede llegar a gustar, pero está hecha para el baile, para el discurso físico. A mí siempre me han gustado los autores con una carga poética y con un desarrollo social.

¿Es posible hacer una gira sostenible?

Muy difícil. Si hubiese un cambio de hábitos absoluto, sí sería posible. Cualquier artista se mueve con su equipo en camiones, que van con gasolina o con gasoil. Los músicos viajan en aviones, que es un medio ultracontaminante. En los vinilos, por ejemplo, la pasta para hacerlos sale del petróleo. Es un elemento letal para el planeta. Sería una mentira decir que soy un artista que hago una gira verde. No podemos, es imposible. Nadie puede porque no tenemos esas posibilidades. Yo he decidido no coger aviones.

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