Entrevista

Iván Ferreiro, cantante: "Vivimos en la cultura de la basura, generando mierda sin parar"

Se ha vuelto filosófico el 'crooner' gallego del amor, que gira este verano por segundo año con su ecléctico disco 'Trinchera pop' ecología y positivismo

Iván Ferreiro.

Iván Ferreiro. / EFE

Elena Pita

Aquel 'crooner' gallego de voz quejumbrosa que a tantos enamoramientos puso banda sonora se ha pasado a la filosofía positivista. Sus palabras más visitadas hoy son disfrute, cuidado, plenitud y sí, también amor, pero amor universal. Será por lo bien que la ha ido y le va la vida. Su último disco, 'Trinchera pop', es una compilación manierista de acordes de piano y guitarra que parte del sonido de “juguetes electrónicos”, es además una fusión cuasi imposible de influencias que van de Aretha Franklin a Antón García Abril, Alaska o Sade, pasando por sus grandes referentes: Morrissey y Josele Santiago (Los Enemigos).

Culmina la odisea de Iván Ferreiro (Vigo, agosto de 1970) con un homenaje a 'El hombre y la Tierra' (sintonía y voz originales incluidas) del ecologista 'avant la lettre' que fue Félix Rodríguez de la Fuente, que menos mal que ilustró nuestra oscurantista edad moza. No teman sus acólitos, que su voz sigue siendo la misma e inconfundible: “No puedo (ni quiere) hacerle un 'lifting'”. Lean y escuchen, o viceversa.

¿Qué es una trinchera pop?

Un refugio. Cualquier cosa que te haga sentir bien y disfrutar de la vida y del arte, es una trinchera pop; un libro, una película, un cuadro…

¿Y es curativo quedarse ahí?

Siempre que lo combines con una vida sana y agradable. Vivir sólo dentro de las películas o las canciones, como un escape a la realidad, puede confundirte. Yo cuando no estoy bien huyo y me quedo dentro de la trinchera, pero me parece mejor asumir lo que me rodea y buscar ahí el equilibrio. 

“La vida sucede cuando estás en el alambre: el resto es sólo esperar”, lo dijo Bob Fosse y usted lo hace suyo. ¿Se siente bien ahí arriba alzado, funambulista perpetuo?

No, no se puede estar todo el rato ahí arriba, huyendo: hay que dejarse caer. Fosse huía de muchísimos problemas que tenía, con las drogas y el alcohol, con la familia, con su hija… para estar bien en el alambre hay que saber estar abajo, y buscarle una emoción incluso a aburrirse. Si no bajas, el alambre puede convertirse en una paranoia: a mí me ha ocurrido.

¿Por qué el amor ha pasado a un segundo plano, justo ahora que acaba de casarse?

Ha pasado a segundo plano el amor romántico en mis canciones, pero no en mi vida. Además el amor tiene muchas formas, y como mi vida amorosa con mi pareja (la periodista Noa García) es más que maravillosa, ya no necesito escribir más sobre ello. Jamás renunciaría al amor, disfruto muchísimo de mi mujer. De todos modos, es un disco de amor.

En el alambre canta al desamor que, ¿no sería la cara B?

Habla de un momento bajo de la vida, cuando lo ves todo oscuro. Pero también creo que para saber apreciar los buenos ratos has de vivir otros malos. Si en la vida sólo hubiera buenos momentos, sería todo una mediocridad.

Se ha puesto filosófico que no coñazo, porque ¿qué es la filosofía y para qué sirve?

La filosofía es consustancial al ser humano, tiene que ver con la propia conciencia de la existencia. No es exclusivamente un asunto de intelectuales: todos nos hacemos preguntas intentando comprender la existencia. Filosofía es vivir y ser consciente de ello.

¿Existir es bello?

Yo creo que sí. Me parece alucinante, sobre todo si tienes comida en el plato y un techo bajo el que dormir. Hay luego realidades mucho más duras, pero incluso ahí hay quien lo vive como algo maravilloso. Yo tengo la enorme suerte de tener una vida plena y satisfactoria: para mí vivir es maravilloso.

¿Siempre lo ha sido o ha pasado por etapas a lo Ian Curtis?

Sí, siempre lo ha sido, con momentos mejores o peores, pero la idea de dejar de existir nunca ha tenido cabida en mí. El suicidio me parece algo horroroso y me causan mucha lástima los que han pasado por ahí. Por eso hay que concienciarse con la salud mental y cuidar de los otros.

¿Qué le hemos hecho a la Tierra aquellos que en nuestra infancia admiramos a Félix Rodríguez de la Fuente, el ecologista 'avant la lettre'? ¿Demasiado tarde para añorarle?

No lo sé, es un tema muy preocupante. Nuestro sistema de vida no es exactamente bueno, pero no me preocupa tanto el planeta como la humanidad. Cuando hayamos acabado con todo, nosotros moriremos pero el planeta siempre se regenerará. Se trata de sobrevivir como especie.

'Retroceder la suciedad hasta volver a nuestro estado animal', canta. ¿Habrá llegado el momento de abandonar el antropocentrismo para pensar de un modo biomórfico?

Quiero pensar que el ser humano va a evolucionar y que vamos a durar unos cuantos millones de años más. Hay que buscar una forma mucho más razonable de vivir, aunque no sé si seremos capaces de hacerlo; yo mismo no sé si soy capaz de cambiar mis hábitos, pero debiéramos pensar en ello. Es complicado y el sistema económico no ayuda. No obstante, tengo esperanza.

"La cultura de la basura", le llamaba Félix…

Es la era en la que vivimos, generando mierda sin parar.

Uno de los factores que más basura genera, mental y física, es la híper conectividad. Fuimos tan ingenuos que creímos que internet era la democratización de la cultura y el conocimiento. ¿Se ha ido de las redes, Iván?

No, porque las necesito: la red es una herramienta que con un poco de cabeza puede usarse bien. Pero me preocupa, sí, que la tecnología avance mucho más rápido que nosotros mismos.

¿Por qué dice que con su voz hay poco qué hacer?

Porque es la que tengo: no puedo operármela; es la que tengo y la que suena.

Y ahora resulta que su hijo (vocalista de Querido) la ha heredado, idéntica. ¿No le da un poco de grima verse reproducido hasta ese extremo?

¡Cómo me va a dar grima mi hijo! Es mi hijo y se parece a mí en muchas cosas, lo que para mí un orgullo emocionante. Me encanta escucharle, abrazarle, besarle.

¿Cuántas veces ha tenido la certeza de que le imitan?

No muchas la verdad. A veces me lo dicen, pero no lo veo así. También la música que yo hago recibe muchísimas influencias.

De algún modo, ¿no es cierto que inauguró una forma de cantar y hacer música?

No lo creo. El pop se va regenerando a través de muy diversas influencias, nada se inventa. Yo escuchaba a Josele Santiago y a Morrissey y trato de cantar como ellos, y haciéndolo mío creo algo nuevo. Si alguien inventó algo serían los Beatles, o Bach o Mozart, o Prince o Michael Jackson, pero los demás escuchamos, tratamos de hacer nuestro aquello y ahí a veces surgen personalidades nuevas. La música pop, además, va de eso: de repetir lo que le has escuchado a otro y que suene distinto.

Por edad no vivió usted la movida gallega pero ¿se siente agradecido a ella? (De hecho tiene un disco homenaje a Golpes Bajos).

No, la viví como un adolescente, en la tele, la radio y los discos. Y le debo mucho porque es mi gran referente, y si ese referente en lugar de ser de Liverpool es de tu propia ciudad, te ayuda a creer que tú también puedes. De esto van los referentes, y por eso es importante que haya mujeres que hacen música o ciencia, e hijos de inmigrantes que ganen una Eurocopa. Si estamos aquí, es porque antes ha habido un referente para llegar.

¿Cómo era su relación con su hermano Amaro de niños, con el que lleva compartiendo banda desde el principio?

Muy buena, con él y con mi hermana Elena: nos hemos cuidado mucho siempre entre los tres. Crecimos juntos y nos llevamos los tres maravillosamente. Supongo que mis padres tendrán algo que ver con ello también…

¿No es complicado compartir vida, pasión, arte y oficio con un hermano? ¿Ni media desavenencia?

A veces opinamos distinto, pero nos queremos tanto que siempre llegamos a un acuerdo. Sé que no siempre ocurre esto en las familias, pero en la nuestra es así.

Iván, ¿Madrid es vivible?

Todo lugar donde haya vivido me ha parecido vivible. Es cierto que las ciudades se han vuelto un poco más incómodas, y también, que corresponden a una época vital. Por eso hace tiempo que me he venido al rural, porque así lo siento.