Palmeiras y Santos se bunkerizan antes de la final para evitar el Covid-19

Los dos finalistas de la Libertadores ya están en Río donde extreman las medidas de asilamiento

Hay pánico en las dos delegaciones a un brote en medio de la segunda ola de Covid-19 en Brasil

La delegación del Santos FC a su llegada a Río de Janeiro

La delegación del Santos FC a su llegada a Río de Janeiro / Santos FC

Joaquim Piera

Joaquim Piera

El Palmeiras y el Santos se concentraron miércoles en Río de Janeiro para preparar la inédita finalísima de la Copa Libertadores. La cita es sábado por la tarde (21.00 horario peninsular español), en el mítico Maracaná.

El primer gran enemigo a driblar para los dos protagonistas no es otro que intentar evitar, a toda costa, que un brote de Covid-19 diezme la plantilla, lo que podría tener gravísimas consecuencias deportivas. Así pues, el clásico paulista ya ha empezado a jugarse en las horas previas, cualquier descuido puede pagarse muy caro.

La segunda ola de coronavirus castiga a Brasil en medio del verano austral: se han encadenado dos días seguidos con 1.200 muertos y 60.000 nuevos casos, ya se ha superado la barrera de los 220.000 fallecidos y se rondan los 9 millones de infectados desde el mes de marzo.

El miércoles, por ejemplo, se supo que otro equipo paulista, el Corinthians, que el lunes había jugado partido del Brasileirao contra el Red Bull Bragantino (perdió por 0-2), tiene diez jugadores que han dado positivo. Esta es la situación que ni Palmeiras ni Santos quieren sufrir.

Las medidas de aislamiento social son extremas entre los finalistas de la Libertadores. La bunkerización de las dos delegaciones, en sus respectivos hoteles en la playa de Barra da Tijuca, es absoluta. Se han prohibido las visitas y los futbolistas no pueden abandonar la zona del hotel reservada.

El primer entrenamiento que el Santos realizó en Río, en el Centro de Entrenamiento del Fluminense, explicitó el riguroso protocolo que regirá hasta la disputa de esta final continental, entre dos equipos que mantienen una acérrima rivalidad.