ENTREVISTA SPORT | DAN BERNASCONI Jefe de diseño del Team New Zealand de la Copa del América

Dan Bernasconi: “El equipo que gane será el que sepa juntar las piezas del puzle”

Es el ingeniero a cargo del diseño del barco favorito de la America’s Cup que arranca en breve en Barcelona. Trabajó seis años en McLaren y cambió la Fórmula 1 del asfalto por la del mar. Afronta el reto de volver a demostrar que su barco es el mejor

Bernasconi, el responsable del diseño del Team New Zealand

Bernasconi, el responsable del diseño del Team New Zealand / TEAM NEW ZEALAND

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

¿En qué se va a fijar el público que vea por primera vez un barco de la Copa del América en acción? 

Creo que lo primero que ves de estos barcos es la velocidad. Son increíblemente rápidos. Llegamos a 50 nudos y los barcos están volando sobre el agua. No es algo que veas todos los días, y creo que para    la gente de Barcelona, poder tener este espectáculo y verlo desde la playa va a ser realmente impresionante.

La gente entiende que los barcos navegan, pero los verán volar sobre el agua. ¿Cómo se consigue elevar un barco de más de 20 metros?

Los barcos son como aviones. Los aviones generan presión en la parte inferior de sus alas, lo que soporta el peso del avión. Hacemos exactamente lo mismo, excepto que en lugar de volar por el aire, volamos con las aletas en el agua. Así que tenemos alas, igual que una aeronave. 

Pero tiene forma de barco...

El ala está bajo la superficie del agua, lo que genera presión a medida que los barcos van más rápido. Esa ala levanta el peso del barco, y estos barcos pesan unas 7 toneladas, es decir, 7000 kilogramos con la tripulación a bordo. Así que es mucho peso sostenido por una área muy pequeña.

¿Cuál es la clave para diseñar un barco ganador?

Creo que el equipo que gane la Copa América será el equipo que tenga todas las piezas del puzle correctas. No se trata de una característica específica. Hay tener alas de foil muy eficientes que ayuden a levantar el barco navegando a cualquier velocidad. También hay que minimizar la resistencia en las aletas, tener velas muy eficientes, un casco limpio para la aerodinámica. Y luego ser capaz de controlar las velas muy bien. 

También has tenido que diseñar un espacio para que entren ciclistas.

En un barco de vela tradicional las velas se controlan con cuerdas, pero estas velas son realmente grandes y se necesita una gran fuerza.

Usamos un sistema hidráulico y está impulsado por ciclistas. Así que tenemos cuatro personas a bordo que están continuamente pedaleando. A medida que pedalean, mueven las bombas hidráulicas y, sí, es muy difícil encajarlos en el barco porque quieres que estén lo más bajos posible para minimizar la      resistencia aerodinámica.

¿Pedalean agachados? 

Ser ciclista a bordo del barco, especialmente con el calor de Barcelona, no es un trabajo que me gustaría hacer. No tienen ni brisa, que pasa por encima de ellos. Es realmente caluroso e incómodo. No es pedalear por el llano, es hacerlo con muchas fuerzas G encima      tuyo.

Has trabajado en la Fórmula 1. ¿Es correcto llamar a la Copa del Ámérica la F1 del mar?

Sí, hay un gran paralelismo con la Fórmula 1. Muchas de las habilidades que tienen los diseñadores y el equipo de tierra son parecidas. Hay que trabajar con una precisión muy alta, optimizando cada componente del barco. Hay muchas similitudes. También la comparación entre los pilotos y los marineros, sabes, se requiere una gran cantidad de entrenamiento y práctica para llegar a ese nivel. 

¿Y las diferencias?

Una de las principales diferencias es que solo realizamos esta competición cada tres o cuatro años,  en comparación con la Fórmula 1, que se lleva a cabo cada dos semanas. Así que para nosotros, la partida es mucho más larga. Hay una enorme previsión antes de la carrera. Realmente no sabemos dónde están todos en términos de rendimiento. Tenemos una pequeña idea al salir al agua y ver a los otros barcos. Pero hasta que realmente alineas en la salida para la carrera en la Copa del América, no lo sabemos. Así que es bastante emocionante.

¿El campo de regatas de Barcelona ha condicionado la construcción del barco?

Sí, mucho. Desde el día en que se anunció Barcelona, hemos estado estudiando en detalle las condiciones de viento y el mar, particularmente en octubre cuando competiremos en la Copa del América. Es un lugar de vientos bastante ligero pero puedes tener olas bastante grandes, incluso en días donde no hay mucho viento. Eso es bastante diferente de Auckland, que está bastante bien protegido. Cuando hemos estado entrenando en Auckland, hemos salido a buscar áreas con aguas agitadas para acostumbrarnos a las            condiciones.

¿Cómo les trata Barcelona?

Me encanta estar aquí. Es un lugar increíble para celebrar la Copa del América. Siempre están pasando muchas cosas. Vivo en el Eixample y disfruto al ir y venir del trabajo. Con suerte, tendré unos días libres al final de la competición para hacer algo de turismo.

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