D10S 'desconecta' y pone la mirilla en la batalla con Brasil

Messi, durante el encuentro ante Venezuela en Maracaná

Messi, durante el encuentro ante Venezuela en Maracaná / AFP

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Argentina no ha requerido los servicios de Leo y Leo no ha necesitado forzar la máquina (ni siquiera poner segunda) frente a Venezuela en estos cuartos de final de la Copa América. Messi ha estado, ha capitaneado, pero se le ha visto bastante desconectado e incluso siempre que ha estado en zona de peligro ha optado por dar el último pase en vez de jugársela. Otro gallo cantará en la madrugada de martes a miércoles ante la anfitriona Brasil. La albiceleste necesitará su mejor versión para intentar tumbar al eterno rival. La historia vuelve a cuzarse con su camino.

En la primera mitad hemos presenciado la versión más al ‘ralentí’ de Leo. Esa en la que lo juega prácticamente todo al primer toque (exquisito donde lo haya), sin trazar casi ninguna de sus clásicas diagonales, sin despeinarse. De hecho, el mayor peligro que ha generado el ‘10’ ha sido a balón parado. De esta forma ha llegado el único tanto que hemos podido ver en los primeros 45 minutos. Córner botado por el capitán desde el costado izquierdo, remate de volea del Kun Agüero y en el área pequeña, al más puro estilo cazagoles, Lautaro Martínez la mandaba al fondo de las mallas de sutil espuela.

SIN COMPARECER TAMPOCO EN EL SEGUNDO TIEMPO

Ha salido al terreno de juego con mucho ímpetu la albiceleste, que poco a poco ha ido cediendo terreno a una Venezuela que se ha quitado de encima la presión inicial, pero que ha sido incapaz de inquietar de verdad a Franco Armani. Hacia las postrimerías del primer periodo es cuando más ha aparecido el futbolista del Barça. En el 40’, un centro peligroso suyo casi lo aprovecha Lautaro Martínez. Poco después, una falta desde casi el círculo central la ha sacado rápidamente con toda la intención el ‘10’, pero Agüero ha estado lento en el remate. Antes del ecuador aún ha tenido tiempo Leo de mandar un tiro libre manso a las manos de Faríñez (pretendido por el Barça, por cierto) y asociarse de manera celestial con Acuñá, cuyo centro no ha podido aprovechar nadie en el área pequeña.

Poco o nada han cambiado las cosas tras la reanudación. Bueno, sí, porque ni siquiera hemos podido disfrutar de Leo ni en las jugadas a balón parado. Argentina ha reculado de forma alarmante hasta prácticamente encerrarse en su parcela de terreno. Los primeros 25’ del segundo tiempo han sido poco menos que soporíferos con una Venezuela volcada, pero negada ante el marco de Armani. De Leo, ni rastro. Apenas una cabalgada desde el centro del campo que ha frenado Mago en una acción merecedora de tarjeta. Y así hasta el pitido final. Se le necesitará urgentemente frente a Brasil la madrugada del martes...