Ivonne Reyes: "Tenis y meditación, mi combinación perfecta"

Deja la “maletita” preparada por la noche -como denomina ella a su bolsa de deporte- y así cuando se despierta prepara rápido el desayuno de su hijo, lo toman juntos y se va volando a jugar a tenis. O a caminar. O a correr. Con sus cascos y su playlist “de lo más variada y heterógenea, porque le ‘robo’ canciones a todo el mundo”, Ivonne se coloca la gorra y las gafas de sol y empieza el día con energía. Pero necesita parar, complementar la actividad física con energía espiritual. “Hace tiempo que medito -explica- y lo recomiendo al cien por cien. Me aporta tranquilidad y paz. Cuando termino me siento mucho más capaz, más fuerte y activa para trabajar, organizar y gestionar mi día a día. He encontrado mi fórmula perfecta: combino el tenis y otras actividades en el gimnasio con la meditación. ¡Y me siento fenomenal!”.

Descontextualizar a Ivonne Reyes. Ese era el reto. Desproveerla de los focos, de los vestidos de fiesta y de los platós de televisión para compartir con ella un día saludable y deportivo. Destila “buenrollismo”. Es una mujer con mucho vivido y a la que le queda “mucho por hacer, por leer, por experimentar y, en definitiva, por vivir”. Ha optado por “otra onda, por reinventarme un poco y cuidarme mucho. El deporte me llena, me da vitalidad, me coloca de nuevo a tono después de un día acelerado y me sostiene el cuerpo. ¡No le puedo pedir más! No pretendo lograr grandes objetivos físicos. Me mimo, me cuido y me divierto”.

Nos encontramos con su grupo de amigas, con las que compartiremos un zumo y un café. “Practicamos la ‘charloterapia’ y nos va de cine a todas”, explica riendo. Algunas quedan para ir a correr. Ella prefiere hacerlo sola porque “me sirve para pensar y dialogar conmigo misma. Repaso temas, escucho mi música y es tiempo para mí”. A Ivonne le gusta llegar a casa, “encender una vela con aroma de vainilla y meditar media horita. Parar la mente, ponerla en neutro... Si logras estar concentrada del todo, llegas a dormirte”. Con las pilas cargadas, afronta su taller de interpretación, su curso de reiki y sus colaboraciones solidarias con asociaciones que luchan contra los Síndromes de Wolf y de Rett. “Mis princesas, mis guerreras... Y sus familias, que no sabes cómo son. Dedicación y entrega absoluta. No puedo admirarlas más”, nos cuenta la presentadora. Con su “maletita”, su raqueta y su agenda llena de proyectos, Ivonne se describe como”una cabeza muy inquieta que no para de crear” y se despide con esa sonrisa que lleva 25 años conquistando al público. 

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