SPORT & STYLE

Elsa Anka: "No me asusta el paso del tiempo"

La presentadora asegura que las mujeres han conseguido no ser invisibles tras cumplir los 40-50 años

A Elsa Anka no le asusta el paso del tiempo

A Elsa Anka no le asusta el paso del tiempo / sport

Carme Barceló

No hace tantos años que las llamaban ‘cincuentonas’. Superados los 50 años, incluso las mujeres más impresionantes del planeta pasaban a un segundo, discreto y casi irrelevante plano. No interesaban demasiado a nivel profesional, sobre todo en aquello relacionado con la imagen. La evolución y la revolución femenina es una realidad en cuerpo y mente y aquellas ‘cincuentonas’ han dado paso a una nueva generación de ‘cincuentañeras’ de espíritu positivo, intelecto en forma y belleza madura.

Elsa Anka cumple 50 años en diciembre. Desde antes de los 20, practica deporte de forma asidua, sigue una dieta equilibrada, lleva una vida ordenada y saludable, concilia vida familiar y profesional y todo ello se ha visto reflejado en un físico envidiable. La actriz y modelo es una de las abanderadas de esta nueva generación de los ‘Perfectos 50’ y explica que “me siento bien. El espejo ya delata el paso del tiempo. No me asusta. Me fijo en mujeres estupendas que tienen esa edad o más, algunas conocidas y reconocidas, y también en mis amigas y pienso que las mujeres hemos conseguido grandes retos. Uno de ellos, por ejemplo, no hacernos invisibles después de los 40-45”.

Muchos le dicen aquello de “¿Qué haces para conservarte tan bien?”. Y ella responde: “¿Conservarte? ¿No podría ser, simplemente, ¿qué haces para estar tan bien?’ -ríe a carcajadas-. Lo dicen como un halago pero te hacen ver la realidad: los años no pasan en balde. Y hay que encararlos muy positivamente. Con clase, estilo y dignidad. O al menos, intentarlo”.

Elsa piensa que “hay mercado para actrices, modelos y presentadoras de mi edad. Me encantaría representar una marca de cosmética para pieles maduras. O, en su defecto, crear una propia. Estoy lanzada a nuevos retos. No me compro ninguna crema anti aging, anti arrugas o reafirmante cuya modelo, por muy bella que sea, no supere los 25 años. Quiero sentirme identificada con el producto, con quien lo representa. Cuando he tenido la suerte de representar a una marca de productos de dietética, o cuelgo una foto sudando la gota gorda en el gimnasio, algunas personas muy halagadoras suelen decir: ‘A ti no te hace falta. ¡Estás estupenda!’. Y sí, Es muy reconfortante que la gente te vea bien y crea que lo tuyo es así por obra y gracia de Dios. Pero nada es regalado. Se agradece la parte genética, pero no lo es todo. Si estoy bien es porque le pongo empeño, ganas, interés y me cuido. Porque realmente hago ese ejercicio en el gimnasio, porque realmente me he hecho ese zumo en mi licuadora, o porque ese producto me ha ayudado en alguna dieta que he hecho para compensar algunos excesos”.

Hablamos de los retoques estéticos a los que recurren muchas mujeres al llegar a cierta edad. Elsa cuenta que “me llevé un disgusto cuando vi a Meg Ryan en la película Mi novio es un ladron, con Antonio Banderas. Creo que por primera vez se pudieron intuir esos poco acertados retoques estéticos que han ido a más y, según mi gusto, a peor. Pero no me gusta criticar en este tema. Estoy a favor de los retoques al 100%, pero los hay divinos que apenas apreciamos o los hay poco acertados como en este caso”. Y reconoce que “me cuido, sí. Y aunque la gente sigue empeñada en asegurar (incluso diarios de tirada nacional y seria) que me he hecho estiramientos y me he subido los pómulos, tengo que negarlo por enésima vez. Quizás lo haga algún día, no sé. Os lo contaré, seguro”.

A nivel profesional, Elsa Anka se siente “feliz escribiendo artículos en The Luxonomist, colaborando en el departamento de comunicación de IM CLINIC y siendo embajadora de uno de los proyectos de su Fundación. Sigo haciendo presentaciones, que me encantan. Mi asignatura pendiente ha sido la de actriz. Estoy muy satisfecha de lo que he hecho en ese campo. Pero me ha costado mucho sacarme la etiqueta de “presentadora de televisión”. Quizás me tocó vivir en la época en la que si hacías algo diferente a lo que te relacionaban, era intrusismo. Curioso. Ahora las actrices ocupan las portadas de las revistas de moda y los reportajes de su interior y tampoco importa que sean las actrices las que estén presentado ahora muchos programas de televisión”. ¿Proyectos? “Algo hay por ahí -explica- que puede sorprender mucho. Como decía, estoy lanzada. El reinventarse te da ‘vidilla’”.