Fallece el legendario Raymond Poulidor

Pasó a la historia como el 'Eterno segundo' tras finalizar segundo en el Tour de Francia en tres ocasiones y en ser tercero en otras cuatro

Poulidor, en su época dorada

Poulidor, en su época dorada / twitter

El ciclismo está de luto. Ha muerto el legendario Raymond Poulidor, una de las figuras más destacadas del deporte francés en la década de los 60.

Poulidor ha fallecido a los 83 años en la localidad de Saint-Léonard-de-Noblat, en el que permanecía ingresado desde el pasado 8 de octubre por un estado de extrema fatiga, según ha anticipado en su edición digital el diario L'Equipe.

'Poupou' asistió al último Mundial de Yorkshire, al que acudió a animar a su nieto, el ciclista holandés Mathieu Van der Poel que era uno de los favoritos a llevarse el oro en la cita mundialista conquistada finalmente por Pedersen.

Eterno segundo

Su larga y prolífica carrera deportiva, de 18 años, estuvo marcada a lo largo por sus duelos frente a Jacques Anquetil, pentacampeón del Tour de Francia. Poulidor pasó a la historia del ciclismo como el 'Eterno segundo' tras subir al segundo peldaño de la ronda francesa en tres ocasiones y en ser tercero en otras cuatro entre 1962 y 1976.

Pero Poulidor era más que un ciclista. Si su carrera terminó en el crepúsculo de los años 70, su presencia seguía siendo familiar en las carreteras, donde la multitud aún le reconocía. Porque 'Poupou' , que siguió tambiénl la última edición del Tour, seguía siendo el hombre apacible, con una simplicidad natural, que todos podían abordar sin protocolos.

Excelente escalador, Poulidor ganó La Vuelta a España de 1964, dos clásicas, Milan-San Remo (1961) y la Flèche Wallonne (1963) y dos ediciones de la París-Niza (1972 y 1973) y Dauphiné (1966 y 1969). 

Si tuvo a Anquetil como oponente al principio de su carrera, tuvo que hacer frente a la aparición de otro rival en los años siguientes, Eddy Merckx. En el intervalo de cinco años entre el último éxito del galo en el Tour (1964) y el primero del belga (1969), donde el horizonte finalmente parecía despejado, Poulidor fue atrapado por su leyenda de la mala suerte. Especialmente en el Tour 1968. No contaba con esta maldita etapa que conducía a Albi, donde Poulidor se estaba preparando para tomar una ventaja decisiva en una escapada (en compañía de los tres futuros ocupantes del podio final). Un motorista lo derribó, causándole un trauma en la cabeza, la nariz rota y su abandono. "Tuve mala suerte, pero la bicicleta me dio más de lo que me costó", relativizó años después.

Su carrera deportiva, que terminó en 1977 después de 18 temporadas, Raymond Poulidor permaneció vinculado al ciclismo el resto de su vida, tanto por su presencia en la caravana publicitaria del Tour de Francia, del que fue el embajador, como por familia, siguiendo la prometedora carrera de su nieto Mathieu van der Poel, uno de los grandes nombres del pelotón actual.