Jarro de agua fría en Lille

El Valencia regala el partido en el último suspiro

El Valencia regala el partido en el último suspiro / MEDIAPRO

Francesc Ripoll

Pese a que la victoria che no habría sido, ni mucho menos, un final justo, el Valencia se vuelve a casa de la forma más cruel. Tras aguantar de todo y con el gol de Cheryshev, Ikoné hizo la justicia en el minuto 95’ después de la expulsión de Diakhaby.

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Champions League

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Alineaciones
Lille
Maignan; Celik, Fonte, Djalo (Bamba, 87'), Bradaric; Gabriel; Soumaré, Yazici (Rémy, 71'), André, Araujo (Ikoné, 65'); y Osimhen.
Valencia
Cillessen; Wass, Paulista, Diakhaby, Costa; Kondogbia (Carlos Soler, 46'), Parejo, Coquelin; Cheryshev (Garay 88'), Gameiro (Kang In Lee, 65') y Maxi Gómez.

Celades optó por igualar el físico que tiene el Lille con su once inicial. Con Coquelin acompañando por banda derecha a Parejo y Kondogbia, el técnico che prefirió el músculo y la solidez a la electricidad o verticalidad que podrían haber aportado Ferran y Carlos Soler. Maxi Gómez y Gameiro formaron la dupla atacante con Jaume Costa ocupando el sitio de Gayà.

Y pese a ese planteamiento más defensivo, la primera parte del Valencia fue nefasta. El Lille salió sobre el césped a morder y la presión alta dificultaba, y de qué forma, la salida de balón del conjunto che. De hecho, poco se tardó en ver una pérdida que tuvo que solucionar Cillessen para evitar el primero de la noche.

En ataque, el cuadro valencianista buscaba la profundidad por las bandas, pero prácticamente no generaron peligro. Coquelin abandonaba su sitio en la derecha y dejaba todo el carril para las internadas de Wass. Solo dos tímidas aproximaciones de Kondogbia y Gameiro inquietaron a los franceses. Por lo demás, sin ideas en el aspecto ofensivo. Totalmente irreconocibles. Y en el tramo final del primer tiempo, monólogo local del que los pupilos de Celades salieron vivos de milagro.

Osimhen y Araújo alentaban a la afición gala, que estuvo muy cerca de cantar un auténtico golazo de Yazici. El turco, que no se corta en disparar desde lejos, se sacó un zambombazo que repelió el travesaño.

Viendo el panorama, el técnico catalán reaccionó. Metió a Carlos Soler por Kondogbia, buscando algo más en ataque. Se vio algo más del Valencia con este cambio, pues intentaban combinar por banda derecha. Además, renunciaron en cierto modo a la salida de balón en corto para evitar pérdidas peligrosas.

No obstante, el peligro llegaba en el área contraria. Al igual que en la primera parte, con tiros desde la distancia. Pero el fútbol es caprichoso. De nada sirve llegar mucho si no marcas. Y Cheryshev no desaprovechó su oportunidad. Jugada vertical y veloz a un toque. Bajó y tocó a las mil maravillas Maxi Gómez para Gameiro, que le dio el balón al ruso y este no perdonó.

Tras ese momento, el plan del partido estaba muy claro. Defender, defender y defender. Se trataba de aguantar las embestidas de un Lille que puso toda la carne en el asador. Y Rémy perdonó cuando lo tenía absolutamente todo de cara para marcar. Y por si el sufrimiento fuera poco, Diakhaby vio dos amarillas en dos minutos.

Pese a que aguantaron todas las embestidas, en el 94’ llegó lo inevitable. Ikoné controló dentro del área, recortó y batió a Cillessen. Final cruel pero merecido.