La segunda unidad del Milan da la talla en Cerdeña

Bajo la batuta de Reijnders, los 'rossoneri' remontaron un gol tempranero del Cagliari con tres tantos de Okafor, Tomori y Loftus Cheek (1-3)

Segunda victoria seguida en la Serie A para los de Stefano Pioli, que empiezan a recuperar la moral perdida en el 'Derby della Madonnina'

Tijjani Reijnders, del Milan, chuta a portería ante la oposición de la defensa del Cagliari

Tijjani Reijnders, del Milan, chuta a portería ante la oposición de la defensa del Cagliari / EFE

X. Serrano

La segunda unidad del Milan dio la talla este miércoles en Cerdeña y contribuyó a la victoria 'rossonera' (1-3) frente al Cagliari de Claudio Ranieri, que se mantiene una jornada más como colista. Pese a encajar un gol tempranero de Luvumbo, el equipo lombardo remontó bajo la batuta de Reijnders con tres tantos de Okafor, Tomori y Loftus-Cheek. Es el segundo triunfo seguido del equipo de Stefano Pioli, que sigue tras la estela del Inter.

Después de la gris pero balsámica victoria del sábado contra el Verona (1-0), que sofocó un poco la presión tras la humillación sufrida en el 'Derby della Madonnina (5-1), Stefano Pioli apostó por un once híbrido. En parte, por las bajas de titulares como Maignan o Krunic. Pero también para dar un respiro a piezas clave como Calabria, Giroud o Leao. Era el escaparate que jugadores como Adli, Okafor o Chukwueze estaban esperando.

Impulsado por el deseo de los menos habituales, el cuadro 'rossonero' dominó de inicio, pero sin encontrar espacios, una virtud que siempre caracteriza a los equipos de Ranieri. Florenzi y Reijnders probaron suerte desde fuera del área con escasa fortuna, mientras que Okafor saludó a Radunovic con un disparo inocente.

En esta tesitura, el Cagliari estrenó el marcador gracias a la garra de Luvumbo. El delantero robó un balón en el área rival y fusiló a Sportiello por el palo corto. Pese al golpe, el Milan reanudó el trabajo y empató con la ayuda involuntaria de Radunovic. Al arquero se le escapó un centro raso de Pulisic y Okafor, atento, se lo hizo pagar. Aunque el tanto nació en Reijnders, que descosió al Cagliari con una conducción y apertura.

Con la inercia a favor, el equipo lombardo pisó el acelerador para adelantarse antes del descanso. Radunovic pospuso el gol con una estirada felina a disparo de Theo Hernández, pero nada pudo hacer en el saque de esquina posterior. En una acción ensayada, el Milan sorprendió con un servicio en corto para la entrada de Reijnders hasta la línea de cal. El neerlandés puso un pase perfecto al área chica que Tomori solo tuvo que empujar.

La reacción sarda llegó tras el descanso. El equipo de Ranieri hizo recular al Milan, incapaz de retener la posesión, y Pioli añadió músculo a la medular con Musah y Pobega en detrimento de Adli y Reijnders. Acto seguido, Loftus-Cheek sentenció el partido con el 1-3, un obús desde fuera del área que hizo inútil la estirada de Radunovic. De ahí en adelante, los 'rossoneri' administraron la renta sin complicaciones.