El Nápoles aplica recortes a sus empleados y en Italia echa en falta un Messi

El Nápoles se ha convertido en el primer club de la Serie A italiana que opta por aplicar una reducción a los empleados de la entidad mientras negocia el recorte de los salarios de los jugadores de la plantilla de Gennaro Gattuso y algunos echan en falta el liderazgo de un Leo Messi en el vestuario para evitar esa situación a los trabajadores.

Según explica 'La Gazzetta dello Sport', mientras que todavía se definen los recortes para los integrantes de la primera plantilla, el presidente Aurelio De Laurentiis ya ha definido el camino para los treinta empleados del club que no pertenecen a ese colectivo: todos irán al paro, al menos durante dos meses, en una fórmula equilvalente a los ERTE que se están utilizando en España, y suspendiendo la fórmula de teletrabajo que habían mantenido en los últimos días.

El Nápoles se convierte en el primer club de la Serie A que toma esa decisión como consecuencia de la afectación provocada por la pandemia del coronaviris COVID 19, aunque es probable que otras entidades de la liga italiana sigan la misma fórmula.

En la información se lamentan de que en la plantilla del club partenopeo "no haya Messi aquí, es decir, un líder como el capitán del Barcelona, capaz de tomar en serio la precaria situación de los empleados y garantizar su salario". Recuerdan que además de los empleados de oficina, también hay trabajadores de otros departamentos del Napoli con ingresos inferiores. A todos ellos, la única esperanza que les queda es que pronto puedan reanudarse los entrenamientos y acabar con esta situación.

CONDICIONADOS POR EL MOTÍN

En lo que se refiere a las negociaciones con la plantilla, De Laurentiis no ha hecho ningún movimiento a la espera de un posible acuerdo sindical a nivel nacional, que aún no existe a pesar de la decisión tomada en la Liga.

El Nápoles pagó los sueldos de febrero, pero congeló el abono de los correspondientes al mes de marzo, esperando encontrar el acuerdo. Persiste un punto muerto de cinco meses, provocado por la fuerte demanda de multas (más de 2 millones en total) después del motín del pasado mes de noviembre de 2019.

El presidente prefiere esperar y los jugadores tienen cuidado en no cometer errores (no es coincidencia que nadie haya pensado en abandonar el lugar como varios colegas de otros clubes) hasta saber cómo y cuándo finaliza el asunto, pues no es fácil predecir plazos.