El Milan se desespera y se la pega en San Siro

Los de Pioli suman el cuarto partido consecutivo sin vencer

El ejercicio defensivo del Udinese fue prácticamente perfecto

Udinese compitió sorprendentemente en San Siro

Udinese compitió sorprendentemente en San Siro / EFE

Isaac Fandos

El Milan continúa en su bache. Cuarto partido seguido sin ganar, tercero de ellos perdido, y tres sin marcar. Nada le sale bien últimamente al conjunto de Pioli, que se desesperó ante un Udinese que aprovechó prácticamente su única ocasión para llevarse los tres puntos de San Siro.

Entró mal al encuentro el conjunto de Pioli, y no mejoró tampoco con el paso de los minutos. A los milanistas se les atragantó en todo momento la línea de cinco planteada por Udinese, con Nehuen Perez, Bijol y Kabasele comandando desde el eje de la zaga.

Tal fue la pasividad del ataque milanista, que Silvestri no tuvo que intervenir en toda la primera mitad. A lo sumo, rechazó un par de disparos muy lejanos, prácticamente sin peligro. La posesión de balón, plenamente local (73%, por 27% de los visitantes), adormeció a los espectadores, que aguardaban una oportunidad que los levantara del asiento.

No hubo ocasiones para los locales en los primeros cuarenta y cinco minutos, a lo que se sumó que la más clara de la primera mitad fuera para el Udinese. Roberto Pereyra cazó un balón rechazado en el interior del área, pero su disparo se marchó por encima del travesaño.

Pioli intentó activar a su equipo en la segunda mitad con un doble cambio, entrando Okafor y Adli al campo, y desde luego cambió el partido. El suizo tuvo la mejor ocasión, todavía con empate en el marcador, pero su disparo se perdió por poco. Peor fue la actuación de Adli, que cometió penalti sobre Sacchi por un pisotón. Pereyra, que perdonó en la primera mitad, no falló desde los once metros.

Pasaban los minutos y nada mejoraba, con un Milan desesperado sin poder crear peligro. Únicamente Leao llegaba al área, pero la línea de cinco del Udinese siempre salia vencedora; un factor defensivo imperial que marcó el triunfo visitante. La última fue para Giroud, con un remate a la remanguillé que sacó con una intervención providencial Silvestri.