Sankt Pauli, el triunfo del odio eterno al fútbol moderno

El carismático club ha certificado un ascenso histórico a la Bundesliga en el duelo ante el Osnabruck

Subir o no subir, esa es la cuestión

El Sankt Pauli es, otra vez, equipo de Bundesliga

El Sankt Pauli es, otra vez, equipo de Bundesliga / Sankt Pauli

Albert Gracia

Albert Gracia

"St.Pauli es una isla en el fútbol moderno. Un club donde sus aficionados son el eje, y en el que importa más defender unos valores que ganar", rezaban en 2017 Carles Viñas y Natxo Parra, autores del libro 'St. Pauli. Otro fútbol es posible', en una charla con 'El Mundo'. Al peculiar club, del barrio del puerto de Hamburgo, nunca le han importado demasiado los resultados. De hecho, en 2022 dudaban si era bueno para el club ascender a la Bundesliga, por todo lo que ello conlleva (patrocinios, cambio de visión, inyección de capital...).

Su lucha ha ido históricamente en otra dirección. Desde su creación. Un club contracultural y popular. Contra el fascismo, contra el racismo y contra el sexismo por los propios estatutos que lo rigen. Es más que habitual ver al capitán portando un brazalete con la bandera LGTBI. De hecho, fue la primera institución en tener un presidente abiertamente homosexual y en su estadio, el Millerntor, se pueden ver graffitis de hombres besándose. Un club donde convergen y convirgieron ya en los años 80 todo tipo de movimientos: desde los punks hasta los okupas de la Herbertstraße (calle de St.Pauli donde es famosa la prostitución).

El fútbol es solo la excusa para reivindicar que en Alemania existe algo más que los Bayern, Dortmund y compañía. Que mientras los clubes se llenan de dinero extranjero, pierden su identidad más histórica y miran hacia otro lado con las injusticias que rigen su sociedad, hay un club que no se vende por nada del mundo.

Hoy, ese club que no miraba resultados y quería ser algo más que un club, es nuevo equipo de la Bundesliga con un ascenso tremendamente histórico, sobre todo, por ser el club que es, el tercero que más merchandising vende de Alemania por detrás de Bayern y Dortmund.

“Jugar en la máxima categoría del fútbol profesional debe significar también poder mantener todos los valores del club. En el Sankt Pauli no queremos dinero de patrocinadores que provengan, por ejemplo, de la industria de las apuestas. Además, los socios acordaron no vender el nombre del estadio Millerntor, pese a que eso signifique perder entre tres y cuatro millones de euros al año”, decía Tim Eckhardt, autor del blog MillernTon.de, a 'Sport Dossier' hace apenas unos meses.

Será labor de los que regentan el club salvar una identidad que le ha hecho único, capaz de crear peñas por todo el mundo y de ser firmes merecedores de portar banderas piratas, muy habituales en el estadio Millerntor. De momento, ya es equipo de Bundesliga después de que superara con claridad al Osnabruck para desbordar la alegría de su afición. 13 años después vuelven a la máxima catgoría del fútbol alemán y, por primera vez en su historia, estarán por encima de su eterno rival, el Hamburgo.