El último baile de Gerard Piqué

El central se despidió entre lágrimas de la que ha sido su casa durante catorce años

"Nací aquí y moriré aquí, estoy seguro que volveré"

Barça - Almería | La despedida de Piqué

Piqué abandonaba el terreno de juego emocionado en su último partido en el Camp Nou / LALIGA

Maria Tikas

Maria Tikas

Las luces del Camp Nou se apagaron por última vez para Gerard Piqué. “Volveré”, decía mirando al palco en el vídeo con el que anunciaba su retirada. Como aficionado o quizás como presidente en un futuro. Pero el de ayer fue su último baile como jugador en la que ha sido su casa desde que regresó de Manchester en 2008. Una casa que lo ha visto crecer, formar una familia, cantar victorias, llorar derrotas y celebrar hasta treinta títulos con el club de su vida.

El inesperado y prematuro anuncio de su retirada cogió a contrapié al barcelonismo y al club, que tuvo que improvisar un homenaje a la altura de la leyenda que ha sido, es y será Gerard Piqué. El Camp Nou volvió a colgar el cartel de ‘sold-out’ en una ocasión especial y 92.605 espectadores no quisieron perderse el adiós del central.

ACOMPAÑADO DE LOS SUYOS

Tampoco su familia ni sus amigos, presentes en la grada. Sus hijos, Milan y Sasha, le acompañaron en todo momento, antes y después del partido. Gerard llegó con ellos en coche y saltó con ellos al campo, con la camiseta que llevaba su apellido y el número ‘3’, la misma que sus compañeros. Todo esto, con una lona en el centro del campo hasta el inicio del partido con el lema 'SEMPR3'.

Como en el jardín de su casa: Los últimos toques de Piqué en el Camp Nou con Milan y Sasha

Los últimos toques de Piqué en el Camp Nou con Milan y Sasha / LALIGA

Gerard Piqué jugó su último partido en el templo culé como titular y como capitán. Un pequeño homenaje de Xavi y de Busquets, que le cedió el brazalete. Era el protagonista de la noche. Y todos los focos estaban puestos en él. Pancartas de agradecimiento y ovaciones inundaban el ambiente. En el minuto ‘3’, un cántico organizado por la grada de animación. Y hasta la afición pidió que fuese él quien chutara el penalti. Renunció y se lo dejó a Lewandowski. Lo acabó fallando el polaco.

LÁGRIMAS DE EMOCIÓN

El triunfo contra el Almería fue la mejor manera de decirle adiós. Aunque todo lo que sucedió sobre el terreno de juego pasó a un segundo plano. Cuando escuchó el silbato del colegiado que indicaba que iba a producirse un cambio, Piqué se emocionó sabiendo que había llegado el momento de despedirse. Sabía que una vez cruzada la línea dejaba atrás todo lo vivido en el Estadi, y quiso alargar esa última vez tanto como pudo. Abrazó, uno a uno, a sus compañeros sobre el verde. A Xavi, a todos los jugadores que estaban en el banquillo y a los miembros del cuerpo técnico. No se dejó a nadie. Y de fondo, una ovación de la afición y también aplausos de los lesionados.

Piqué: "En la vida, a veces, querer es dejar ir"

Piqu´´e, muy emocionado, se despedía de la afición en el Camp Nou / FCB

MANTEO, VUELTA DE HONOR Y UNAS PALABRAS

Una vez finalizado el partido, sus compañeros le mantearon y le acompañaron en la vuelta de honor. Saludos y besos al aire recorriendo todo el perímetro. Un vídeo de homenaje y, finalmente, Piqué tomó la palabra: "Cuando te haces grande te das cuenta que a veces querer significa dejar marchar. En esta relación de tanto amor y pasión entre el Barcelona y yo, creía que era el momento de dejarnos un poco de aire. Y estoy convencido de que un futuro volveré a estar aquí. Esto no es una despedida. Ya me fui con 17 años porque creí que ese momento precisaba también un espacio. Mi abuelo me hizo socio cuando nací. Nací aquí y moriré aquí".

Así ha sido la vuelta de honor de Piqué

La vuelta de honor de Piqué en el Camp Nou después de su último partido en el estadio / LALIGA

LA ÚLTIMA VEZ

Sus compañeros, que no dejaron de aplaudirle, le hicieron un pasillo y, en una última ovación, Piqué volvió al vestuario. Luego volvió a salir.

Se hizo fotos en el banquillo con toda su familia: hijos, padres, hermano... Fue el último de los jugadores en abandonar el campo. Y lo hizo por las escaleras del palco, donde quién sabe si dentro de unos años se sentará como presidente. De momento, toca decir adiós. Las luces del Camp Nou se apagaron por última vez para Piqué, pero esta siempre será su casa.