Tombas, el otro gran defenestrado de la purga de Bartomeu

Enrique Tombas, vicepresidente económico y tesorero de la entidad, es el otro gran defenestrado de la purga que está llevando a cabo Josep Maria Bartomeu entre sus directivos para afrontar un último año de mandato con gente más afín a su ideario.

Tombas llegó al club en la anterior Junta Directiva había sido miembro de la comisión social y, tras las elecciones del 18 de julio de 2015, ocupó el cargo de tesorero. El directivo llegó conjuntamente con Maria Teixidó, Xavier Vilajoana y  Emili Rousaud . Apodados ‘los jóvenes’, este grupo de directivos parecía llamado a dirigir el continuismo, una opción que se va desvaneciendo.  Rousaud y Tomas serán apartados de sus cargos y queda pendiente Maria Teixidó, secretaria de la junta, a quien Bartomeu le ha invitado a todar una decisión expresándole su voluntad de que siguiera en su puesto.

A Quique Tomas se le conoce por su  carácter moderado “incluso poco atrevido en la gestión”. Con buen feeling con Josep Maria Bartomeu, Tombas se había convertido en un freno para el presidente y su gestión en los proyectos de futuro. 

 Los desacuerdos eran entre ambos eran constantes en materia económica y Bartomeu no quería seguir lidiando con lo que consideraba un freno, razón por la cual le ha invitado a salir.

La intención de Bartomeu es que el puesto que ocupaba Tombas como tesorero sea para David Bellver y como vicepresidente económico Jordi Moix.

Otros dos

A quienes Josep Maria Bartomeu también les ha comunicado su voluntad de ser defenestrados son Josep Pont, enargado del área comercial, y Silvio Elías, vocal y encargado del Barcelona B. 

 La junta directiva del FCBarcelona consta de 18 directivos de los cuales a cuatro de ellos el presidente les ha comunicado que dejaba de contar con ellos en la reorganización que piensa lleva ra cabo . El presidente se ha cansado de los pulsos que tenía que aguantar durante las últimas semanas, especialmente a raiz de la apertura del melón electoral.

Bartomeu nunca se decantó por ningún candidato, no tenía ningún delfín y fue el propio presidente que les invitó a decidir entre ellos mismos quien podía ser el candidato continuista. Estos escogieron a Rousaud.

Se han producido tres incidentes que han marcado las últimas semanas y que han agravado las diferencias.

Por un lado el Barçagate, que ocasionó disidencias entre el grupo porque se hizo un pago prorroteado para evitar pasar por la junta, la posterior reunión en la que se le pidió a Bartomeu que abandonara el cargo y, por último, la rebaja salarial y el ERTE que fue aprovechado para añadir más leña al fuego.