Ronaldinho marcó el gol más bonito

El sábado Ronaldinho no regaló su solicitada camiseta. Se la quedó de recuerdo del día que marcó el gol soñado

Corría el minuto 88 cuando el tiempo se detuvo en el Camp Nou. "Lo último que pensé es que sacaría una chilena de ahí. Por lo menos salgo en la foto", se consolaba Barbosa. "Yo estaba en el banquillo y pensé, ¿pero qué hace? ¡Remata! Pero Ronnie es capaz de todo. Yo aún no he marcado un gol como este..." bromeaba Edmílson, contento por el tanto pero, sobre todo, por el juego y las sensaciones recuperadas a poco más de una semana de la visita del Werder Bremen.

Por un momento el estadio pareció enmudecer y se tiñó de blanco, poblado de pañuelos, para festejar por todo lo alto el cuarto gol de la noche, el número 51 en Liga de R10, Ronaldinho, y el primero de tan bella estampa en su carrera. "Ahora sólo me falta marcar otro desde el medio del campo", explicaba el jugador después de ser felicitado por sus compañeros en el vestuario.

A estas alturas el mundo ya ha visto el gol desde todos los ángulos posibles. Era el tanto soñado por Ronaldinho desde niño, cuando jugaba en la escuela de Gremio admirando a su hermano. Practicaba en la pared de su habitación, tirándose en la cama. "La verdad es que no planifico los goles, pienso más en las jugadas. Este tampoco lo pensé. Estaba más preocupado en no entrar en fuera de juego. Ha sido el gol soñado". Ronaldinho no regaló el sábado su camiseta. Se la quedó de recuerdo de una noche que calificó de "perfecta. Todos hemos acabado muy contentos, desde Valdés a los últimos jugadores que han entrado y por supuesto yo. Ha sido un día espectacular".

"Ha sido un gol para entrar en la historia", añadió en declaraciones al programa 'Gol a Gol' el actual pichichi del campeonato (lleva 10 goles) quien, sin embargo, reitera su esencia de pasador. "Mi primer pensamiento siempre es hacer que el delantero de mi equipo salga pichichi de la competición y después, si yo puedo hacer goles y ayudar, mejor", explicó a TV3. De ahí que el sábado su alegría fuese mayúscula. "Estoy contentísimo. ¡He trabajado mucho!" reivindicó entre risas recordando el plan de trabajo específico que ha estado realizando para afinar su puesta a punto y que continuará esta semana. "Siempre voy de menos a más. Me siento mejor técnica y físicamente pero aún puedo ir a más. Trabajo para soportar los noventa minutos a tope".

El recital que ofreció ante el Villarreal, contra quien, de paso, rescató la famosa elástica, puso en bandeja la pregunta. ¿Qué le parece que su sustituto como Balón de Oro sea Cannavaro? Elegante, se limitó a contestar que "le felicito. Es un gran defensa". Por su cabeza, seguramente, más que el Balón de Oro se paseaba la imagen del Werder Bremen, el rival contra el que el Barça decidirá su ser o no ser en la Champions. "Era importante sacar bien el partido porque ahora viene una final. Vamos a pelear para seguir adelante. Necesitamos más que nunca la ayuda de la afición. Va a ser el gran partido del año".