Robert seguirá un año más en el FC Barcelona

Robert Fernández sabe que es el encargado de escoger al próximo técnico

Robert Fernández sabe que es el encargado de escoger al próximo técnico / Joan Monfort

Toni Frieros

Toni Frieros

Cuando el FC Barcelona llamó por primera vez a Robert Fernández para hacerse cargo de la secretaría técnica del primer equipo azulgrana, este acababa de salir indemne de un potente seísmo: 1-0 en San Sebastián, enfado de Leo Messi, cese encubierto de Andoni Zubizarreta y anuncio de adelanto electoral por parte de Josep Maria Bartomeu... Es verdad que, después, a medida que fue avanzando la temporada, empezó a verse hechuras de ese gran equipo que, efectivamente, acabaría consiguiendo otro triplete histórico.

En ese interín, cuando el Barça se jugaba su futuro en la Champions en la famosa eliminatoria ante el Bayern Múnich, o la no menos exigente de Copa del Rey frente al Atlético, el club intentó contratar a Robert Fernández como secretario técnico. Se sentó en una mesa con Josep Maria Bartomeu, Jordi Mestre, Javier Bordas y Albert Soler. Para el de Castellón, aprovechando que el río pasaba por Pisuerga, lo fácil hubiera sido aprovechar ese estado de cierto vacío para hincar el diente y sacar provecho económico.

No. Lo que hizo Robert, al margen de sentirse halagado y honrado por ese interés, fue ponerse en la piel del entrenador, Luis Enrique, de los jugadores (como él lo fue) y convencer al presidente azulgrana de que ese no era el momento de aceptar el cargo de secretario técnico porque el equipo era inmejorable y porque el club estaba ante las puertas de unas elecciones. Una vez Bartomeu hubo ganado las elecciones en julio de 2015 fue cuando se reanudaron las conversaciones. Personas conocedoras de ellas quedaron gratamente sorprendidas de que Robert Fernández aceptara el primer contrato que le ofrecieron. No discutió ni un céntimo de euro: “Se le veía tan feliz de volver al Barça que creo que lo hubiera hecho hasta gratis”, comentan desde el club.

Probablemente lo hubiera hecho porque una de las primeras cosas que le dijo Robert a su esposa fue: “Me ha tocado la lotería”. Firmó por dos temporadas con opción a otra más y ya les puedo adelantar que esa cláusula será ejecutada y Robert quedará renovado hasta el 30 de junio de 2018. Pronto será oficial.

En el Barcelona están encantados con él, con su inagotable trabajo y su filosofía: “Calma y tranquilidad”. Es su frase favorita y la que aplica siempre. Por eso no se puso nervioso cuando le estalló el ‘caso Aleix Vidal’ al final de año y tal vez por eso, también, supo reconducir la delicada situación sin necesidad de fichar a Srna.

Ahora todos los ojos del barcelonismo están puestos en la contratación del próximo entrenador y miren por donde lo que más le quita el sueño a Robert, ahora mismo, no es eso, sino reforzar lo mejor posible la plantilla de cara a la temporada próxima y muy especialmente el puesto de lateral derecho. Él sabe, como Luis Enrique y Juan Carlos Unzué, que esa posición flaquea. El equipo no tiene profundidad ni desborde por banda derecha. Y Robert está preocupado porque los mejores laterales del mercado también los pretenden el City y el United. Es decir, habría que hacer una fuerte inversión… y siempre se diría que es mucho dinero para un lateral. ¿Y cuándo anunciará el club el sustituto de Luis EnriqueRobert ni quiere ni tiene prisa. Cree que el asturiano tiene que irse por la puerta grande, con un título. Y mientras exista esa posibilidad en Liga, Copa del Rey y Champions, no se anunciará nada. Por lo tanto, calma y tranquilidad…