El primer paso para desenquistar la situación de Malcom

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Malcom Filipe Silva de Oliveira vive una situación que, a sus 21 años, en caso de alargarse, puede afectar seriamente a su incipiente carrera. El extremo brasileño hace apenas unos meses era la estrella de un Girondins de Burdeos que fue una de las sensaciones de la Ligue 1 la temporada pasada. 12 goles en 38 partidos jugados y, lo mejor de todo, un protagonismo total con apenas 20 añitos de edad.

Eso es lo que más necesita un futbolista que comienza a crecer y a hacerse un hueco en el mundo del fútbol. Pero su trayectoria daría un giro este pasado mes de agosto. A punto de firmar por la Roma, con los billetes comprados y a nada para subirse a un vuelo rumbo a la capital italiana (quién sabe si ahora mismo se está arrepintiendo de ese cambio de rumbo), el FC Barcelona irrumpió para dinamitar la operación y firmarlo previo pago de 41 millones de euros al Girondins.

Empezaba una nueva era para el jugador formado en el Corinthians. Sabía que en el Barça no lo tendría nada fácil para hacerse un hueco en los esquemas de Ernesto Valverde, pero seguramente no imaginaba hasta qué punto. Durante la pretemporada apareció de cara. Empezó cayendo en gracia e incluso vio puerta en los amistosos ante la Roma y Boca Juniors en el Gamper. Actuaciones que venían un poco a demostrar el porqué de su incorporación después de ir el conjunto azulgrana todo el verano detrás de su compatriota Willian. Pero comenzó la temporada oficial y todo se fue desmoronando para el joven extremo.

De la grada al banquillo y así en bucle

Siete minutitos ante el Valladolid en Pucela a modo de debut y otros 20 contra el Leganés. Entre medias comenzaron unas molestias en el tobillo que le acompañaron hasta finales de septiembre. Una vez superadas y a priori a plena disposición para su entrenador, ha ido alternando la grada con el banquillo. Es más que evidente que Valverde no confía en él. Es evidente que nadie mejor que el extremeño para evaluar su nivel en los entrenamientos y tomar decisiones. Igual que también es evidente que un jugador necesito sentirse arropado y tener minutos para remontar una situación adversa, sobre todo mentalmente.

Este bucle en el que se ha visto inmerso el de Sao Paulo tendrá un alto en el camino (veremos si decisivo) en el Reino de Léon. Allí el Barça se mide a la Cultural en la ida de la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey y ahí Valverde dará la alternativa a los menos habituales. Será el momento en el que Malcom se vuelva a sentir futbolista y ‘permita’ a los aficionados del Barça ubicarle un poco sobre el terreno de juego y descubrir cuáles son sus cualidades como jugador más allá de los ‘highlights’ que fueron rodando por las redes en el momento de su fichaje.

Porque menos los más ‘frikies’ del fútbol que le pudieran seguir jugando ante Stade de Reims o Nantes en la Ligue 1 el curso pasado, para todos los demás es un interrogante. Veremos si poco a poco va Malcom asomando la cabeza y dándole motivos al ‘Txingurri’ para que vuelva a tenerlo en sus plegarias. Veremos también si acaba recordando León como algo más que aquella ciudad con nombre de animal feroz.