La peor noche de Oriol Romeu en el Barça

El centrocampista de Ulldecona perdió once balones y pareció superado en un escenario Champions

Pieza clave para Xavi para equilibrar al equipo, no logró poner pausa ni ayudar en la dirección del juego

Resumen, goles y highlights del Porto 0 - 1 FC Barcelona de la Jornada 2 de la Fase de Grupos de la Champions League

Un gol de Ferrán Torres dio los tres puntos al Barça ante el Oporto / TELEFONICA

Sergi de Juan

Sergi de Juan

El Barça entero sufrió en Do Dragao. El estadio del Oporto es un escenario siempre complicado y nunca es fácil ganar allí. "El Barça sufrirá" dijo Sergio Conceiçao en la previa. Y vaya si lo hizo. El equipo azulgrana tuvo que hacer un grandioso esfuerzo para salir airoso del juego insistente e intenso de los portugueses, que apenas dieron respiro a los de Xavi con una gran presión durante todo el partido.

De todos ellos, quizá el que sufrió más fue Oriol Romeu. El centrocampista de Ulldecona estuvo desconocido ante el Oporto. Acostumbrados a la sobriedad y seguridad en su juego, durante una fase importante del partido pareció superado en un gran escenario Champions.

No es habitual en él que pierda balones. Por eso mismo, Xavi pidió su fichaje. Porque después de la marcha de Busquets necesitaba un mediocentro fiable, que sobre todo pudiera dar equilibrio al equipo y guardarle las espaldas tanto a laterales como interiores. Pero en Do Dragao, Romeu perdió hasta once balones en zonas peligrosas y que pusieron en apuros al Barça.

Ter Stegen también debe tener muy claro que ahora ya no está jugando con Sergio Busquets. Romeu no tiene la facilidad que tenía el de Badia para girarse y darle continuidad al juego con tanta rapidez. Y ante el Oporto, el de Ulldecona cometió algunas imprecisiones cuando se sintió presionado. Y la energía de los jugadores del Oporto lo sobrepasó.

Poco a poco se fue asentando más en el partido pero la realidad es que le costó mucho poner pausa y ayudar en la dirección del juego. Xavi priorizó la rapidez de Araujo y Koundé como centrales (un acierto tal y como fue el partido) pero se perdió la clarividencia para salir jugando desde atrás que da Christensen.

Y Romeu no pudo ayudar en la construcción hasta el punto que tuvo que bajar Gündogan para ponerse a su lado para dar fluidez y claridad de ideas al juego. El de Ulldecona parece haber dado un pequeño bajón, quizá en parte por la ausencia de De Jong, con el que se complementaba a las mil maravillas. La función de uno era guardarle la espalda al otro y que el holandés tuviera más libertad para arrancar y dirigir el juego.

En Do Dragao parte de esta función tenía que hacerla él pero también bajó en las estadísticas de pase, pese a tener un acierto del 82% (41750) y muchos de ellos fueron para salvaguardar la pelota en zonas de campo propio.