Pedri vuelve a sus ‘orígenes’

El fútbol va muy rápido. Pocos jugadores son capaces de adaptarse a su frenético ritmo y solo los escogidos se atreven a desafiar su condición efímera. No hace ni dos años que Pedri debutó con el FC Barcelona y este miércoles, en el Estadi Municipal d’Olot, dará el pistoletazo de salida a su tercer curso en la élite con el ‘8’ de su ídolo Andrés Iniesta en la espalda y el rol de líder del equipo de Xavi Hernández. Por el camino, el canario ha despedazado incontables récords de precocidad y se ha erigido como un futbolista indiscutible en el esquema blaugrana.

En el curso de su irrupción dejó de ser promesa para convertirse en realidad; la campaña pasada, pese a las lesiones, dio un nuevo paso adelante y confirmó que lo tiene todo para colocarse más pronto que tarde la etiqueta de estrella. Después de un verano de mucho trabajo para empezar la pretemporada 2022/23 en el mejor estado físico, algo que las pruebas médicas de la semana pasada certificaron con un aumento de su masa muscular ‘cultivado’ a consciencia desde agosto de 2021, el centrocampista de Tegueste quiere poner en la comarca de la Garrotxa el colofón a unos diez días inmejorables.

Bendita normalidad

Ha sido, realmente, una semana y media muy positiva para Pedri. Ha revivido las sensaciones que experimentó en sus primeros días en la Ciutat Esportiva Joan Gamper. De hecho, afronta el amistoso inicial con sensaciones muy parecidas a las de su estreno con el Barça, en el Estadio Johan Cruyff frente al Nàstic de Tarragona. Ese 12 de septiembre de 2020 fue titular y necesitó muy poco tiempo para impresionar a la afición y a sus compañeros, Leo Messi, Sergio Busquets y Gerard Piqué incluidos. Había venido para quedarse. Después de mucho tiempo en la sombra, se enfundó la camiseta e hizo lo que más le gusta. ‘Mimar’ el balón y jugar a fútbol. Bendita normalidad.

El tinerfeño volverá a sentirse jugador después de tres meses. La espera ha sido eterna. Han necesitado su tiempo, pero poco a poco las piezas han vuelto a encajar. En todos los sentidos. Mientras dedicaba sus vacaciones a dejar atrás de forma definitiva los problemas musculares, todos los movimientos del club han ido en la misma dirección: el cambio de dorsal tiene justificaciones deportivas, ‘marketinianas’ y sociales. Pedri ya es un referente para Xavi, para la entidad y para la masa social. El contexto actual, como el que se encontró después del fatídico 2-8 de Lisboa, también es muy delicado. La diferencia es que ahora él no llega como ‘tapado’, sino que es uno de los efectivos que debe asumir las riendas del equipo. La situación de Ansu Fati, con quien mantiene una relación excepcional, es muy similar.

Exigencia máxima

En el terreno de juego, sin embargo, está tocando sudar. El cuerpo técnico blaugrana está ‘apretado’ mucho a la plantilla en los compases inaugurales de la pretemporada. Especialmente, claro está, a Pedri. El liderazgo conlleva responsabilidades. Tiene 19 años y toda la carrera por delante, pero sus exhibiciones le han ascendido a un ‘cargo’ de referente futbolístico que no puede rehuir. Está preparado para ello.