...que pase el Inter

Los blaugrana sufrieron ante un Celta que mereció más en un segundo tiempo preocupante del equipo

El resultado no maquilla un juego pobre que deberá mejorar mucho para ganar a los italianos

Ter Stegen, en una de sus múltiples intervenciones ante el Celta

Ter Stegen, en una de sus múltiples intervenciones ante el Celta / JAVI FERRÁNDIZ

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El Barça no ha vuelto del parón de selecciones, sigue ahí instalado, curándose las heridas en forma de lesiones provocado por una UEFA Nations League que puso patas arriba la enfermería blaugrana. El equipo ha sobrevivido en los dos partidos ligueros posteriores a sufrir el ‘virus FIFA’, ante el Mallorca hace una semana y ante el Celta ayer noche: dos victorias por la mínima cuya lectura va por barrios y depende de la mirada de cada uno Los números avalarán a quienes miran la clasificación y ven al Barça en lo más alto, mientras que los más exigentes avisarán de que, jugando así, la temporada se pone cuesta arriba. Todos tienen razón.

Aunque existe una pequeña gran diferencia entre uno y otro partido porque en Palma el equipo llegó algo mareado, pero ante el Celta en el Camp Nou los tres puntos no son suficientes para un Barça que necesita mantener una línea ascendente y reencontrarse con su inicio de temporada. Busquets, Pedri y Gavi sostuvieron al equipo en la primera mitad y Ter Stegen lo hizo en una segunda parte muy preocupante, inexcusable ante lo que está por venir esta semana.

El Barça no es un equipo que sepa vivir del resultado, que es siempre la consecuencia de su estado de ánimo, de su momento futbolístico. Es difícil pensar que los de Xavi puedan aprender a ganar sin ser mejores que su rival, sin dominar sintiéndose superiores. Este Barça compite mucho mejor que los últimos años y ahí están los marcadores, por lo menos en LaLiga. Tan cierto como que el Inter y el Real Madrid exigirán mucho más que lo visto en las dos últimas victorias ligueras. Los goles de Pedri, incluso los anulados injustamente, la omnipresencia de Gavi, la insurrección de Piqué y el regreso a la vida de Ter Stegen son muy buenas noticias, sí, aunque la segunda mitad ante el Celta obliga, primero, a una profunda reflexión y, segundo, a una contundente reacción que devuelva la sonrisa sin la que este equipo no sabe divertirse. Sufrir y ganar es sinónimo de competir, pero ese estilo no va con la forma de entender este deporte en el Camp Nou. Sufrir y ganar son solo virtudes colaterales al buen fútbol.