Los motivos que propiciaron el cruel adiós del Barça en Europa
Los azulgranas se quedaron con la miel en los labios cuando mejor lo tenían para meterse en 'semis'
El colegiado no ayudó pero aun así los azulgranas cometieron errores puntuales que en la élite cuestan caro
Eliminación dolorosa, la del FC Barcelona en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Los azulgranas compitieron de maravilla durante los primeros 120 minutos de la batalla ante el PSG pero en su primer error se esfumaron prácticamente todas sus opciones de clasificación. Ese no fue, sin embargo, el único motivo que impidió que el Barça volviera a estar entre los cuatro mejores equipos del continente cinco años después.
István Kovács barrió hacia París
El colegiado rumano puso el listón de permsividad bastante bajo cuando, justo antes de la media hora, echó con roja directa a Ronald Araujo por derribar a Barcola en el límite del área. Hubo contacto y se entiende que el VAR no puede echar para atrás dicha decisión, pero en los últimos años ya son varias las acciones al límite que se resuelven en contra del Barça. Siguiendo ese mismo criterio, en la segunda parte debió pitarse el derribo de Vitinha a Gündogan. El videoarbitraje ni siquiera entró para revisar una acción en la que el jugador del PSG desequilibra por detrás al teutón. Resulta evidente que los árbitros UEFA le han perdido respeto al Barça en los últimos tiempos.
Errores propios a causa de la sobreexcitación
Al margen de cuestiones arbitrales, la élite requiere controlar todos los detalles. Una cosa es competir y la otra competir y además ganar. Para esto segundo hay que dominar todo el 'lenguaje' que exigen unos cuartos de final. Y ahí, quizá fruto de la sobreexcitación que reinaba en el barcelonismo desde el 2-3 en París, el conjunto azulgrana falló. Con 1-0 en el marcador, Araujo debió ser más cauteloso en la acción con Barcola. No es que el charrúa arrollara al atacante, pero sí hubo contacto suficiente. Haber recibido el empate en esa jugada pero seguir jugando con 1-1 habría sido, sin duda, mucho mejor para los de Xavi.
Ya en la segunda mitad, Cancelo tuvo un error de mucho bulto al ir al suelo ante un Dembélé que destaca por su velocidad de movimientos. Es cierto que por aquel entonces la noche ya pintaba mal, pero la equivocación del experimentado lateral luso acabó de enterrar cualquier opción culé. En esa acción, el ex del Barça se iba hacia fuera, por lo que no había motivo que justificara ese 'tackle'.
Sin resistencia tras el descanso
Con 1-1, el descanso debía servir para trazar un plan de supervivencia. Sobre todo, para resistir e imprimir un ritmo de partido muy lento durante los primeros 10-15 minutos, siempre psicológicos. Está claro que en inferioridad numérica todo cuesta mucho más, pero a los azulgranas les faltó veteranía para enfriar el ritmo del encuentro nada más salir de vestuarios. No se llevaban ni 10 minutos del segundo tiempo cuando Vitinha tuvo todo el tiempo del mundo para armar la pierna desde la frontal.
Es más fácil de decir que de llevar a cabo, pero interrupciones, saques de banda o faltas a favor durante el primer tramo de segunda mitad habría provocado ansiedad en el PSG y, además, los cambios habrían aportado energía en el tramo final. En definitiva, faltó el oficio que tantas veces le hemos visto a rivales del Barça cuando se quedan en inferioridad numérica.
'Peloteros' sin pelota
Pese a contar con un centro del campo 'jugón' con Pedri, Frenkie de Jong y Gündogan, el Barça no fue dominador del encuentro durante la primera media hora -antes de la expulsión de Araujo. El PSG sometió a los azulgranas y aunque fueron estos los primeros en golpear, lo cierto es que la medular parisina se estaba imponiendo a base de marcajes al hombre.
En este punto hay que destacar el factor camaleónico del equipo de Xavi. El egarense es un amante de tener el balón pero en la eliminatoria ante el PSG entendió que podía hacerle tanto o más daño a Luis Enrique a partir de robos y transiciones rápidas. Y sería injusto decir que el plan no le estaba saliendo bien hasta la roja a Araujo: 2-3 en París y 1-0 en Barcelona. Quizá no es el estilo Barça, pero sin la posesión, los azulgranas estaban castigando al PSG.
Sin perfil 'sufridor'
El partido fue cruel para el Barça también por más motivos. Si ya de por sí la plantilla cuenta con pocos centrocampistas de corte defensivo -Gavi está lesionado y Christensen estaba sancionado-, la noche en que Xavi salió con una medular muy ofensiva hacía falta un jugador con piernas y capaz de 'rascar' mucho. En inferioridad numérica, los azulgranas necesitaban como el comer despliegue y oficio defensivo en la medular, características que no responden al cien por cien a lo que aportan Frenkie de Jong, Gündogan y un Pedri todavía en fase de crecimiento a nivel físico. La medular azulgrana no pudo cortocircuitar el elevado ritmo de los parisinos y eso derivó en situaciones cómodas de los atacantes visitantes.
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