Messi, para lo que haga falta

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

“Messi is all you need” (“Messi es todo lo que necesitas”), que dirían los Beatles. Lo dijo también Simeone en rueda de prensa. “Si Messi hubiera jugado hoy con nosotros, el Atlético habría ganado 1-0”, manifestó el técnico. Nadie sabe qué habría ocurrido si Leo vistiera de rojiblanco, pero todo el mundo tiene claro que esta Liga es el jardín del ‘10’ azulgrana. El Pichichi hace lo que quiere cuando quiere y este domingo dio medio título al Barça con su gol de falta. De paso, el argentino dejó en papel mojado los intentos de la prensa madridista de resucitar el campeonato.

El duelo ante el Atlético ilustra a la perfección lo que es el equipo en el primer año de la era Valverde. El ‘Txingurri’ ha convertido al Barça en un bloque muy sólido atrás, pero no sin su consiguiente coste de oportunidad. En los últimos 11 partidos, los azulgranas solo han marcado más de dos goles en el 6-1 logrado frente al Girona. Si Luis Enrique iba ‘all in’ con la ‘MSN’ al intercambio de golpes, Valverde prefiere protegerse a la espera de que aparezca la magia de Messi o el olfato de Luis Suárez. Humano, el uruguayo tiene días mejores y días peores, pero la suerte del técnico es que la varita del extraterrestre rosarino no descansa. De hecho, lleva más de 12 años haciendo trucos cada tres días.

Messi siempre está cuando se le necesita. Y últimamente, a decir verdad, quizá es más de la cuenta. En lo que va de 2018, Leo ya ha apagado varios incendios. Culminó la remontada ante el Alavés, salvó los muebles en Stamford Bridge, puso por delante al Barça en Gran Canaria y decidió contra el Atlético un duelo que vale media Liga. ¿Qué más se le puede pedir?

Oblak tuvo el honor de encajar el gol 600 de Messi como profesional. El tanto vino con récord y puede propiciar un segundo. Por primera vez en la historia de la Liga, un jugador anota de falta en tres jornadas consecutivas. ‘La Pulga’ suma cinco dianas de libre directo en el presente campeonato y está a solo una del récord absoluto, que posee Ronaldinho desde la temporada 2006-07. La Rosaleda ya tiembla.

Los 24 goles que suma Don Lionel en las 27 jornadas disputadas hasta la fecha le valen para compartir el liderato de la Bota de Oro con Salah, Cavani y Kane. Además, el azulgrana ha repartido ya 12 asistencias, cifra a la que no llega ninguno de sus competidores por el galardón.

Un bagaje de cuatro victorias y cuatro empates en los últimos ocho partidos confirman que el Barça anda bajo de fuelle en este tramo de la temporada. Que llegara un bache parecía inevitable y dicen los entrenadores que el objetivo es minimizar los daños de éste. Gracias a Messi, el conjunto culé está parando el golpe. Si los azulgranas hacen los deberes ante Málaga y Athletic y eliminan al Chelsea en la Champions, llegarán al parón del 24 y 25 de marzo en una posición privilegiada para afrontar el ‘rush’ final. Dicho escenario sería ideal, pues la plantilla cargaría pilas tras casi tres meses con un calendario extenuante y al regresar a la oficina vislumbraría en el horizonte el sueño de otro triplete.

La Liga huele a vista por sentencia y la Copa está a solo 90 minutos –con el permiso del Sevilla-, pero puede que para reconquistar el trono en Europa no baste con la inspiración del mejor del mundo. O sí. Años atrás parecía impensable, pero la realidad de este Barça es que rentabiliza sus goles al máximo gracias a su solidez defensiva. Que Messi nade y sus compañeros guarden la ropa no es la fórmula más espectacular, pero nadie puede discutir la efectividad del método Valverde.

Fiarlo todo al ‘10’ viene siendo una apuesta segura, pues Leo siempre aparece para lo que haga falta. Por más que los mejores rivales le mantengan a raya durante 89 minutos y medio, el azulgrana no se desquicia y espera su momento. Un solo golpeo puede bastarle para arruinar a cualquiera. ¿Verdad, Cholo? Se podría decir incluso que Messi juega con el miedo psicológico del contrario. Igual que en las películas de terror, en las que el nuevo hogar de la familia siempre esconde una maldición, que Leo aparezca de forma decisiva en los partidos grandes es solo cuestión de tiempo. Y a veces ni eso, ya que ante Las Palmas y Atlético hincó el diente antes de cumplirse la media hora.

Sin los desequilibrios que generaba Neymar y con Dembélé todavía en fase de adaptación –Coutinho va a más pero no puede jugar Champions-, el plan de este Barça para romper telarañas defensivas se basa en un 90% en la creatividad del mejor del mundo. Esa hoja de ruta solo tiene un riesgo: que Leo se resfríe. Suerte que ya han empezado a subir las temperaturas…