Un poco de Memphis es mucho

Memphis Depay no pudo brillar ayer como lo hizo en su debut contra el Girona y, muy especialmente el último amistoso contra el Stuttgart. El delantero neerlandés venía de asombrar a la afición culé con su implicación, su movilidad, su agresividad ysu verticalidad. El fichaje deseado por Ronald Koeman había dejado destellos de crack, un entendimiento natural con Antoine Griezmann y, la sensación de aportar ese plus ofensivo que el conjunto blaugrana había perdido con la salida de Luis Suárez. 

Un Salzburgo en plena competición se presentaba como una prueba de fuego para el segundo proyecto de Koeman y para Memphis, que salvó el examen con nota. La presión asfixiante del campeón austriaco dificultó la conexión del centro del campo blaugrana con la delantera. El neerlandés tuvo pocas oportunidades de participar del juego, pero cuando lo hizo dejó el sello de su instinto asesino.

Memphis tuvo que bajar al centro del campo para intentar desahogar el juego. Lo hizo siempre con buen criterio y jugando de primeras, como requiere el libreto blaugrana. Y cuando tuvo la oportunidad dejó claro que tiene la portería entre ceja y ceja. 

Pasada la media hora, el neerlandés controló un balón de espaldas a portería aguantando la presión de Onguene. Dejó sentado al defensa del Salzburgo con una media vuelta vertiginosa y aunque salió trastabillado fue capaz de conectar un disparo cruzado que se perdió por muy poco.

Una acción muy parecida ante el Stuttgart permitió a Yusuf Demir estrenar su casillero como blaugrana. Memphis recibió de espaldas en la misma posición, pero en lugar de girarse combinó con Antoine Griezmann para que el francés sirviera el gol al austriaco.

El neerlandés jugó los 90 minutos, para un total de 216 en esta pretemporada. Y aunque la acumulación de entrenamientos le pasó factura al final, estuvo incisivo y dejó detalles de crack. El culé ya tiene claro que un poco de Memphis puede ser mucho.