Marañón, de Regional a Primera

Medio volante de poderoso físico y elegante estilo, tuvo un papel secundario en el Camp Nou debido a la feroz competencia y a "hacer todo lo posible y más"

El suyo fue un salto inverosímil: pasó de La Florida al Atlético y en abril de 1961 llegó al Barça

Una imagen de Ramón De Pablo Marañón en el Camp Nou. Con la camiseta del primer equipo azulgrana disputó 15 partidos y anotó un gol (contra el Oviedo)

Una imagen de Ramón De Pablo Marañón en el Camp Nou. Con la camiseta del primer equipo azulgrana disputó 15 partidos y anotó un gol (contra el Oviedo) / FCB

David Salinas

David Salinas

Pocos jugadores pusieron tanto empeño y tesón como Ramón De Pablo Marañón en triunfar en el FC Barcelona. A sus casi 85 años recuerda que hizo “todo lo posible y más” para alcanzar un éxito que le fue repetidamente esquivo. Asegura, lacónicamente, que “eran otros tiempos”. Estamos a principios de la década de los sesenta. Época de penuria económica, escasez de títulos y constante e ineficaz búsqueda de estrellas emergentes.

Nacido el 21 de abril de 1938 en San Román de la Llanilla (Cantabria), Ramón De Pablo Marañón empezó a jugar a los 12 años con el CD San Justo, un modesto equipo del barrio de Peña Castillo. A los 14 pasó al Reyerta y a principios de la temporada 1956-57 firmó por La Florida, equipo de segunda regional que jugaba en Adarzo y con el que disputó solo un partido. Su poderoso físico y un elegante estilo como medio volante lo catapultaron a Madrid a través de un conocido para probar por el Atlético.

Destino Madrid

Tras unos pocos entrenamientos con el equipo colchonero, Marañón, que futbolísticamente se dio a conocer por su segundo apellido porque le “gustaba más”, debutó con 18 años en Mestalla en un Valencia-Atlético (2-2) de Liga celebrado el 7 de octubre de 1956. Las múltiples bajas del equipo de Barrios −Escudero, Molina y Hernández− aceleraron su presentación. Lo hizo como defensa derecho y “Marca” comentó sobre su actuación: “Tiene genio, tranquilidad y rapidez”. El suyo fue un caso muy comentado. Un salto sin parangón alguno en el fútbol español, de un segunda regional a un primera como el Atlético.

La llegada de Ferdinand Daucik al banquillo del Atlético, tras pasar por el del FC Barcelona y Athletic, acabó con la etapa madrileña de Marañón. El técnico eslovaco, nacionalizado español el 9 de octubre de 1956, apenas contó con él. Fichó por el Levante, de Segunda División (1958-60) y por el Murcia (1960-61), también en la categoría de plata, llegando al FC Barcelona en abril de 1961 y debutando en el Camp Nou el 9 de abril de 1961 contra el Zaragoza (0-1) de la mano de Enrique Orizaola.

Sumó sus tres primeros partidos por derrotas y se estrenó como goleador en un Barça-Oviedo (3-5) celebrado el 30 de abril de 1961. Lluís Miró, entrenador azulgrana la temporada 1961-62 tampoco confió en Marañón como medio volante pese a su excepcional visión del juego y manejo de balón, pero sí lo hizo su sucesor, Ladislao Kubala, que tomó las riendas del equipo a finales de noviembre de 1961. Entre Copa y Liga, de enero a abril de 1962, Marañón encadenó seis victorias consecutivas, una de ellas la mayor goleada del Barça en el Camp Nou en partido oficial: 10-1 al Basconia en el torneo del KO.

De todas formas, debido a la competencia en su posición, especialmente por la presencia de Vergés y Fusté, a Marañón le aconsejaron una cesión antes que tener un papel secundario en el Barça. Se fue al Córdoba (1962-63), equipo en el que jugó poco debido a problemas de ciática y una inoportuna lesión en la rodilla.

De nuevo en Barcelona

Regresó al Barça el curso 1963-64 pero solo se alineó en un partido, su última aparición como azulgrana, el 24 de noviembre de 1963 en San Mamés. César no contó más con él y acabó el ejercicio cedido en el Nàstic a un gran nivel: 18 partidos y 7 goles. Desvinculado del Barça, fichó por el Sabadell, en Segunda, y su gran rendimiento lo elevó otra vez a la máxima categoría de la mano del Levante, dirigido por Orizaola, el técnico que lo hizo debutar con el Barça. Siguió en el Levante, ahora en Segunda, y regresó al Sabadell de la mano de Pasieguito, con quien había coincidido en el Levante las temporadas 1958-59 y 1959-60.

 Con el equipo arlequinado vivió una gran etapa y, desde el curso 1966-67 hasta el 1971-72 fue indiscutible. Coincidió con muchos ex del Barça como Torrent, Palau, Camps, Montesinos, Seminario, Comas, Pujol, Alfonseda, Vidal, Pereda o Zaldúa; ayudó al Sabadell a conquistar la cuarta plaza de la Liga 1968-69 y jugó un partido de la histórica eliminatoria de la Copa de la UEFA contra el Brujas (1969-70). Esta misma temporada (23 de noviembre de 1969) vivió el mal trago de lesionar a Javier Clemente en los instantes finales de un Sabadell-Athletic (1-2) de Liga, un partido luchado cuerpo a cuerpo en un campo embarrado y marcó dos goles al Barça en diez minutos en un partido de Liga celebrado el 1 de febrero de 1970 en Sabadell (3-2). Marañón colgó las botas en el Mallorca tras finalizar la temporada 1971-72.

Después abrió varias zapaterías en Barcelona (Vermont), negocio que ahora lleva su hijo Francisco, que durante un tiempo siguió la carrera deportiva de su padre, aunque vinculado al mundo del golf. Marañón vive en Barcelona, es miembro de la Agrupación de Jugadores del FC Barcelona y tiene un nieto y dos nietas.