Luis Enrique levanta los ánimos a un vestuario abatido

Luis Enrique ha sido monaguillo antes que fraile y sabe perfectamente qué tecla y cómo ha de tocarla para arengar al jugador. Esta mañana pudo comprobar que el vestuario estaba muy tocado por el varapalo del 1-2 ante el Alavés. Para muchos había sido una auténtica pesadilla, como en el caso de los debutantes Cillessen y Alcácer, y para otros un cañonazo a su confianza, como pr ejemplo  Aleix Vidal o Digne, que han de luchar con pesos pesados como Sergio Roberto o Jordi Alba, respectivamente. De ahí que Luis Enrique reuniera a sus hombres antes del entrenamiento matinal para tranquilizarles, destacando que durante una temporada siempre se viven situaciones así y que no por la derrota había dejado de perder la confianza en los once hombres que saltaron al campo, que si quieren ganar los títulos será con toda la plantilla y que necesita a todos enchufados.

No hubo mucho análisis táctico ni tampoco se quiso poner el dedo en la llaga sobre los numerosos errores que se cometieron, intentando asimismo no individualizar en ningún caso. Fue una cumbre en el sentido más positivo de la palabra, sin buscar culpables, represalias, responsabilidades ni señalar a nadie en concreto.

En todo caso no es la primera vez que Luis Enrique utiliza esta táctica de arengar a sus hombres tras una derrota. Lo que pasa es que nunca había sido tan pronto ni tampoco había necesitado ser tan didáctico, ya que la mayoría de los jugadores implicados en esta derrota eran prácticamente nuevos o con muy pocos minutos en el casillero.

Lo que no está dispuesto el entrenador del Barcelona es que nadie se desenganche del tren a las primeras de cambio. De ahí que intentara levantar los ánimos y recordara a los jugadores que todos son importantes sin excepción para ganar un campeonato, insistiendo asimismo en su convencimiento que esta es la mejor plantilla que ha tenido como entrenador en toda su carrera.