Javier Bordas: "Mi gran frustración en el Barça fue la distancia con los jugadores"

Bordas recuerda para SPORT su experiencia su vínculo desde pequeño con el Barça y su experiencia como vicepresidente deportivo

"Si Neymar hubiera vuelto estoy seguro de que habría sido Balón de Oro", asegura 

Javier Bordas, exvicepresidente del Barça

Javier Bordas, exvicepresidente del Barça / JOAN MONTFORT

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Javier Bordas (1961, Barcelona) fue vicepresidente deportivo del Barça y dirige el Grupo Costa Este, con más de 20 discotecas y restaurantes de la Ciudad Condal.

¿Cómo empieza tu vínculo con el Barça?

Mis primeros recuerdos son de cuando tenía cinco años e iba al fútbol con mi padre. Siempre he sido un venado del fútbol:con ocho años ya me hicieron socio y estoy por debajo del número 10.000. Mi vida giraba entorno a la pelota: jugaba en el colegio y luego en la universidad. Mi gran frustración fue no ser futbolista. 

¿Tenías talento?

Sí, pero lo dejé. Cuando hice la mili jugaba en el Palafrugell. Era extremo izquierdo con gol. Zurdo cerradito [ríe]. 

¿Tenías algún ídolo?

Me acuerdo del debut de Rexach, pero la gran flipada fue con Cruyff, porque encima ganamos la primera Liga. Piensa que, desde que nací hasta que vi ganar una liga, pasaron 14 años. ¡14! ¿eh? Por eso en mi generación somos tan ‘cruyffistas’. Luego, más mayor, me causaron un gran impacto Maradona, Schuster y Messi, claro, que fue lo más y tuve la suerte de vivirlo como directivo.

¿Qué tenía Cruyff para generar tanta fascinación a todo el mundo?

Creo que todos queríamos ser como él. Imitábamos sus gestos; hasta intentábamos correr como él. En lo que más me fijaba era en su temperamento: en lo líder que era y su mirada del fútbol. Y luego como entrenador creo que cambió completamente el juego.

Me hablabas también de Maradona. En el Barça hay un recuerdo agridulce de él, como si no se hubiera podido disfrutar de su mejor versión...   

Con Maradona tuvimos la mala suerte de las lesiones. Creo que nos impidieron ver toda su calidad. Siempre he sido de llegar muy justo a los partidos, pero cuando estaba Diego intentaba llegar antes para verlo calentar. De la época de Maradona es lo primero que me viene a la cabeza. Antes incluso que sus partidos. En esos ejercicios hacía literalmente lo que quería. Era impresionante verlo. 

De tu etapa como vicepresidente deportivo del Barça, ¿qué fue lo que más te sorprendió del cargo o imaginabas distinto?

Lo que más me chocó es la distancia entre el directivo y el jugador. Que por un lado va la junta y, por el otro, el jugador. Mi ilusión era estar más cerca del jugador que de los despachos. Y esa fue mi gran frustración.

¿Pero esa distancia entre un directivo y un futbolista no es saludable? 

Puede ser, pero a mí básicamente lo que me gusta es el fútbol y había una barrera muy grande. Al final la función de un directivo se basa en un trabajo de representación, pero a mí, básicamente, lo que me gusta es el fútbol. Por una parte, me parece lógico que haya esa barrera pero, por otra, si estás ahí dentro, estás ahí dentro. Recuerdo celebrar una Champions con los jugadores en un comedor y los directivos en otro. Es la parte que me supuso más frustración de la experiencia.  

¿Con quién tenías más relación del vestuario?

En general con todos pero creo que especialmente con Luis Enrique. Creo que nos entendíamos bien, porque se dio cuenta de que, aunque era directivo, me enteraba de cosas futbolísticas.  

¿Cómo era fuera de cámaras?

Lo que lo hace más especial a Luis Enrique es lo directo que es. Es un tío honesto, trabajador y valiente. Creo que en el Barça se atrevió a no se tan esclavo del modelo y variar un poco. Y también supo llevar el vestuario manteniéndose firme. 

¿Como vicepresidente deportivo te quedaste con la espinita de algún fichaje que no pudo hacerse?

Siempre tienes alguna pero prefiere no hablar de nombres propios.  

Algunos como Neymar tú mismo los has explicado en alguna ocasión, ¿por qué no volvió?

A mi me hubiera encantado que se hubiera quedado y hubo opciones de que volviera. Si hubiera vuelto, habría sido Balón de Oro con el Barça. Tenía tantas ganas de volver que a las pocas semanas de irse ya quería regresar... Después de Messi es el jugador con más talento que teníamos. Yo sé porque se fue al PSG porque me lo explico él, pero prefiero que lo cuente él. Luego quiso volver y se decidió que no se hacía por poco dinero.  

¿Qué jugadores te gustarían para Barça actual?

Olmo era nuestro y siempre ha querido jugar en el Barça. Y Rodri. Ojalá hubiera venido, es el mejor mediocampista del mundo. Es una pieza que necesitamos. 

Más allá del fútbol, has dedicado gran parte de tu vida al ocio nocturno. ¿Los futbolistas salen más de lo que se dice o menos?

Salen menos de lo que siempre se dice, pero cuando salen todo el mundo lo cuenta. Para llegar donde llegan los jugadores de élite y poder tener continuidad no pueden salir mucho. 

Cuando te llegaba información de lo que hacían los jugadores por la noche ¿qué hacías con esa información?

Nunca me llegó una información para preocuparme mucho; lo que si que tenía era la ventaja de poder llegar a algunos jugadores que no eran del Barça y salían por algunos de nuestros locales. Era una forma de poder tantearlos y saber si querían venir.

¿Qué es lo que más te gusta de la noche? 

La gracia de la noche es que se iguala todo. El que va muy estirado de día de noche se relaja. En la noche se caen todas las capas y se iguala todo: lo he vivido con estrellas de cine, jugadores de fútbol o políticos. Yo he tomado copas con un ministro: imagínate si la situación hubiera sido en su despacho