Isak, el futurible del Barça que domina cinco idiomas

Ver a Alexander Isak sobre el terreno de juego te reconforta en esa lucha mental por evitar encasillar a los delanteros de más de 1,90 metros. Hace ya un tiempo que nos topamos con perfiles de '9' referencia espigados, con mucha planta y presencia, pero que no se limitan a aquello tan clásico del punta británico de antaño: jugar de espaldas, intimidar a centrales y descolgar balones. Echando la vista atrás, incluso Nikola Zigic, el más gigante de todos, nos deleitó en su momento con jugadas inimaginables formando ese tándem tan romántico con Munitis. La del sueco fue una apuesta arriesgada por parte del club donostiarra. Un jugador que no se había podido consolidar en Dortmund (a pesar de que el conjunto germano lo dejó marchar con apenas 20 años) y con unas características especiales.

Llegó a la sombra de William José y poco a poco fue arrinconando al brasileño hasta el punto de que en el pasado mercado invernal tuvo que marcharse (al Wolves) en busca de minutos. Actualmente el sueco es una pieza indispensable para Imanol Alguacil. Un futbolista con un manejo del balón y un sentido del juego que marcan la diferencia. Le gusta salir de la zona de remate, asociarse. Tiene las características del '9' clásico que hablábamos (con menos presencia física, eso sí) y las combina con esa conducción y esa manera de flotar sobre el césped que lo convierten en diferencial. Este curso va camino de superar sus registros goleadores (lleva 12 tantos y el año pasado anotó 16) y tiene puesta la lupa de los grandes de Europa.

EN LOS INFORMES DE LA SECRETARÍA TÉCNICA

Entre ellos los de una secretaría técnica del FC Barcelona que le sigue desde hace un tiempo. Los informes que llegan del nórdico son muy positivos, sobre todo a nivel de crecimiento. A sus 21 años tiene un margen bestial para crecer en todas las facetas del juego. Su partido más memorable este curso lo vivió frente al Alavés, al que le marcó su primer 'hat trick' con la camiseta de la Real.

La historia del sueco es cuanto menos curiosa. Sus padres emigraron de su eritrea natal a Estocolmo hace ya dos décadas. De hecho, Alexander nació en Solna y se formó en las inferiores del AIK. "Basta verme a mí para comprobar que no todos los suecos son rubios. Ahora hay una gran mezcla de razas”, comentó en una entrevista reciente. Una de las particularidades del atacante es que domina hasta cuatro idiomas. El sueco, el inglés, el alemán, el tigriña (propio de la región de Tigray en Etiopía, ahora en guerra) y el español. Cada vez lo maneja mejor e incluso se ha atrevido a conceder alguna entrevista ya. Un tipo a seguir, sin duda. Ah, por cierto, el Dortmund puede repescarlo este verano por 30 'kilos'...