FC BARCELONA

Iniesta: un regalo de 20 años

La Masia acogió a Andrés Iniesta un 16 de septiembre de 1996. Dejó atrás Fuentealbilla y su familia para cumplir el sueño de ser futbolista. Las dudas del primer día dieron paso a una intensa historia que lo ha conducido hasta la cima mundial

Jordi Gil

Una mueca de felicidad revela el sentimiento de Andrés Iniesta cuando su mirada se sitúa 20 años atrás. Un 16 de septiembre de 1996 recorrió 460 kilómetros en el Ford Orión azul de su padre con la maleta preparada para iniciar una aventura en la Masia que todavía continúa. Su futuro entonces era incierto. Ahora aprecia con orgullo como ha construido una historia que lo sitúa como una de las grandes leyendas del FC Barcelona.

Andrés arrancó en el Infantil B blaugrana y quemó etapas a toda velocidad hasta debutar con el primer equipo de la mano de Louis van Gaal en Brujas con 18 años. Se consolidó en el primer  equipo, brilló, ganó títulos y heredó la capitanía de Xavi Hernández. Iniesta es el jugador con más títulos del Barça, con 29, los mismos que Leo Messi. Sus registros son de vértigo y es junto a Clarence Seedorf el único futbolista que ha ganado las cuatro finales de Champions League que ha disputado.

Sus marcas constituyen una barrera prácticamente insuperable para cualquier otro futbolista. Unos hitos que Andrés ha acompañado disfrutando con el balón. Igual que hacía en la pista de Fuentealbilla donde empezó a familiarizarse con su mejor aliado y como repitió en su primer partido con los infantiles barcelonistas. Habían pasado dos semanas desde su llegada La Masia cuando le tocó jugar su primer partido contra la Penya Barcelonista Cinc Copes.  Se durmió y llegó por los pelos a los anexos del Mini Estadi. Justo a tiempo para marcar cuatro de los ochos goles de su equipo. Sus primeros ‘iniestazos’ de blaugrana.

Hace 20 años, el Barça vivía época de cambios. Se había acabado la era de Johan Cruyff y la ilusión del barcelonismo se centraba en Ronaldo Nazario. “Lo veía de lejos entrenar, pero no me acerqué mucho más”. El pequeño Andrés contemplaba desde La Masia como Ronaldo y De la Peña hacían magia en el atípico campo de entrenamiento adjunto al Camp Nou…y Luis Enrique daba sus primeros pasos como jugador del Barça. Andrés no pasó de la valla ni pidió un autógrafo.

Siempre humilde y prudente, pronto fue tomado de ejemplo en La Masia. Su director, Joan Farrés, lo eligió para leer el verso en Navidad en representación de sus compañeros y cantar villancicos al lado de Bobby Robson. Recuerdos que repasa para SPORT con ternura. “Antes casi no hacíamos fotos, solo en momentos puntuales, como en Navidad. No teníamos móviles. Todo ha cambiado mucho”. Una reflexión que hace clavando la mirada en el moderno edificio de la nueva Masia. El jardín de la residencia Oriol Tort son unos campos de entrenamiento de césped artificial de última generación. En la antigua Masia jugaban en un pequeño patio trasero donde se improvisaban partidos de día, que por la noche se trasladaban a las literas de las habitaciones con pelotas de tenis.

Iniesta aprueba el paso a la nueva residencia. El cambio le gusta. Han pasado 20 años y el Barça ha evolucionado, se ha modernizando, pero Andrés se siente igualmente como en casa. El aroma de la Masia nunca desaparecerá.