FC BARCELONA

Iniesta, el guardián del estilo

Andrés Iniesta lleva toda la vida en el FC Barcelona y va camino de ser uno de los jugadores más laureados de la historia

Andrés Iniesta, capitán del FC Barcelona

Andrés Iniesta, capitán del FC Barcelona / sport

Jordi Gil

El 17 de septiembre de 1996 marcó el inicio de la carrera en blaugrana de Andrés Iniesta. Un camino en el que está forjando un palmarés que probablemente le sitúe en el cajón más alto del podio del fútbol, pero sobre todo quedará una manera de interpretar el fútbol que engloba todos los valores de la escuela Barça.

Iniesta ingresó en La Masia hace 20 años, justo unos meses después de que Johan Cruyff fuera destituido, pero el club estaba totalmente impregnado de su legado, especialmente en el fútbol base. Andrés empezó de ‘4’, la posición desde la que Pep Guardiola guió al ‘Dream Team’, y evolucionó hasta el interior, siempre con el juego de posición en la cabeza.

Su momento sublimente fue con la llegada de Pep al banquillo y  tocó la excelencia como futbolista capaz de romper líneas en la medular para buscar superioridades ya fuera con regates o pases magistrales. Iniesta encarnaba, junto a Xavi, el tipo de jugador que recogía el estilo y la filosofía barcelonista impulsada por Cruyff. La evolución del fútbol blaugrana a raíz de la salida de Guardiola y la desgracia de Tito Vilanova lo han convertido en una especie de futbolista con cada vez más peligro de extinción.

Cambio de chip

El Tata Martino fue el primero en crear el desconcierto. Su anticuado manual significó un retroceso en el juego blaugrana y su manera de entender el juego se alejaba de potenciar el talento. Iniesta sigue sin entender que fuera sustituido por motivos tácticos en el partido e vuelta de los cuartos de final de la Champions en el Calderón. El Barça debía marcar para empatar la eliminatoria y el Tata renunció al centro del campo sustituyendo al de Fuentealbilla por Pedro Rodríguez para afrontar los últimos 20 minutos de partido. El Barça ni pasó a semifinales ni mejoró en su juego.

Luis Enrique llegó la temporada pasada con una idea en la que la medular quedaba resquebrajada. Iniesta empezó la temporada con una mayor preocupación táctica para cubrir las espaldas de Jordi Alba que de crear juego. Iniesta se multiplicó y acabó por romperse en el primer clásico liguero. El correcalles en el que se había convertido el juego del Barça le pasó factura. Las correcciones a partir de la crisis de Anoeta y su propia inteligencia llevaron a Iniesta a encontrar su espacio en el entramado de Luis Enrique.

El más laureado 

El manchego recuperó poco a poco su esencia de centrocampista y todo volvió a la normalidad. En la final de la Champions de Berlín fue designado como el mejor jugador del partido en una demostración de su capacidad para que su creatividad se impusiera a conceptos mucho más físicos.

Andrés se ha quedado solo en muchos partidos en la idea del juego de toque de La Masia. No obstante, sigue fiel a su manera de entender el juego. Así ha logrado ya 26 títulos con el Barça, y 29 contando los tres con la selección española. De llegar el doblete, se situaría con 31 y va camino de convertirse en el jugador con más títulos en la historia del fútbol. Giggs, Baía y aún le superarían, pero por muy poco. Su éxito siempre serrá el del Barça y el de un estilo que ha emocionado al mundo entero.