Hleb, demasiado gélido para el Barça

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Alexsandr Hleb solo jugó una temporada en el Barça, pero puede presumir de haber sido uno de los protagonistas del primer triplete de la historia del club, en el curso 2008-09. 

Llegó al Barça en el verano de 2008, procedente del Arsenal: el Barça pagó 15 millones de euros por él. En su presentación, Pep Guardiola destacó su versatilidad y su capacidad para incorporarse desde la segunda línea. 

Sin embargo, nada funcionó: empezó siendo habitual en el equipo de Guardiola, pero se lesionó justo cuando el Barça, que no había empezado bien la temporada (derrota y empate en las dos primeras jornadas, ante Numancia y Racing), empezó a despegar. 

Jugó un total de 36 partidos, pero solo siete de ellos completos. A final de la temporada 2008-29, el Barça le buscó una cesión al Stuttgart, equipo en el que ya había jugado anteriormente. En la afición blaugrana no dejó poso, más allá de su imagen de jugador apático y no demasiado implicado en las dinámicas de grupo. 

comentarista de televisión

No volvió a recuperar el nivel que mostró en sus mejores días en el Arsenal. Inició entonces un peregrinaje por el fútbol europeo (Birmingham City, Wolfsburgo, Sovetov Samara, BATE Borisov, Konyaspor y Gençlerbirliği Spor) antes de colgar las botas y volver a Minsk, su ciudad natal, para dedicarse a ser comentarista de televisión.

Pero a sus 36 años, el fútbol le ha vuelto a tentar: el BATE Borisov, equipo en el que se dio a conocer, le acaba de pedir que refuerce al equipo en el arranque de la Liga bielorrusa y Hleb ha aceptado. "Lo vuelvo a intentar", proclamó Hleb en la web oficial del BATE Borisov. La semana pasada entró en la convocatoria en la primera jornada de Liga: el BATE ganó al Smolevichy, pero Hleb no jugó. 

su fichaje, "un error"

Hace tan solo unos meses, Hleb reconoció que su fichaje por el Barça fue un error. "Estaba a mi mejor nivel cuando estaba en Londres, viviendo algunos de los mejores momentos de mi carrera. Por una parte, me arrepiento por no haberme quedado en el Arsenal. Wenger era como un padre y confiaba en mí. Me entristezco cuando pienso en eso", reconoció.