Hay equipo sin Messi

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Sorprendentemente el día que no estuvo Messi, el Barça volvió a parecer un equipo de Valverde. O mejor aún fue, sobre todo, un equipo y dejó entrever que se puede competir, incluso, sin la monumental influencia del mejor jugador de la historia. Hay que atribuirle a Valverde su ingenio para convertir la necesidad en virtud. 

Lo demostró la temporada pasada cuando aprovechó la salida de Neymar para crear un equipo más sólido (y pasar página al tridente con un 4-4-2).  Y ayer con la inclusión de Rafinha. Una novedad insospechada hace tan solo unas semanas. Y que anima el debate eterno sobre Dembélé, un futbolista inescrutable que esta temporada vive inmerso en la inestabilidad. Su relevo más natural en la plantilla, el fichaje de los 40 millones, Malcom, también se quedó en el banquillo. Y jugó Rafinha. Justamente ante el Inter. El equipo que lo rescató de la desgracia (y al que ayudó a clasificarse para la Champions). Pero también el mismo club que se olvidó de él en verano y del que no recibió ninguna llamada. Del flechazo al desencanto en apenas unos meses. 

Sensaciones encontradas que no pudo disimular cuando le marcó a su Inter. “En Milan la empatía fue inmediata y natural. Pero creo que las puertas se cerraron este verano”, reconocía esta semana con cierto despecho. Ayer marcó. Dejó buenas sensaciones y supo interpretar su papel, curiosamente con Icardi en la otra área. El mismo futbolista con el que competía por un sitio en el juvenil del Barça. 

Su actuación invita al debate sobre quién ocupará el lugar de Messi en el clásico. Más clara está la presencia de Arthur en el once. El Camp Nou ya no disimula el flechazo con un futbolista atípico. Un brasileño que juega como si hubiera crecido cerca del Camp Nou. Un centrocampista que parece haber aprendido a jugar a base de visionados de Xavi.  Un futbolista que invita a la nostalgia del pasado más reciente. Pero que también proyecta un futuro esperanzador. Arthur ha llegado para quedarse. Porque más allá del estilo está demostrando que no le tiene miedo al traje del Barça. Ayer terminó de destaparse con una actuación cargada de personalidad. Así lo sintió el Camp Nou cuando su sustitución por Arturo Vidal estuvo acompañada de pitos.          

Clasificación encarrilada

El tanto de Alba en la segunda mitad terminó de aclarar el camino de un Barça que suma ya nueve puntos, se queda a tres del Inter y se aleja del Tottenham. Una victoria que, además, supone un baño de autoestima de cara al clásico.  Lo necesitaba un Barça al que siempre le acompaña la sospecha de la ‘messidependencia’. Esta vez lo vio desde la grada  junto al pequeño Thiago. “¿Papá, otra vez te vas al gol?”, le recordaba su hijo cuando ponía rumbo al Camp Nou. 

Esta vez pudo disfrutar de la victoria de los suyos junto al pequeño. La imagen del argentino, con un cabestrillo en el brazo por la lesión, contrastaba con la inquietud constante de Thiago. Los dos terminaron de pie aplaudiendo el gol de Alba, uno de los grandes socios del argentino en el campo. Ayer seguro que se sintió orgulloso del trabajo de los suyos. Una victoria importante en la Champions. La espina de La Pulga. La competición “tan linda” que persigue. 

Ahora espera el Madrid en el Camp Nou. Tampoco estará el 10. Pero el culé se fue a dormir convencido de que, también sin Messi, se le puede hincar el diente.