Los grandes retos del FC Barcelona en 2023

El club blaugrana afronta un año crucial en todas las facetas: deportiva, económica y patrimonial

Joan Laporta

Joan Laporta / sport

Toni Frieros

Toni Frieros

Con la llegada del nuevo año hacemos propósito de enmienda, nos planteamos nuevos retos y nos proponemos ser mejores en todo. Nada va a cambiar de la noche a la mañana, desde luego, si bien también es cierto que no hay ningún reto que no empiece sin dar el primer paso.

Para el FC Barcelona el 2023 debe ser, ha de ser, un año crucial prácticamente en todas las esferas del club: deportiva, económica y patrimonial. En pocos meses los actuales responsables de la entidad ya habrán cumplido dos años en el cargo, tiempo más que suficiente para ver por dónde van los tiros y empezar a rendir cuentas.

Hasta la fecha, más sombras que luces, algunos aciertos y clamorosos errores. Todo ello con un denominador: el sello personal e intransferible de su presidente, Joan Laporta. Cuando vaticinó en periodo electoral que ejercería un liderazgo fuerte, se quedó corto.

Desgraciadamente, lo haga mejor o peor, todo se mira, se juzga, se permite o se denuncia, en función de la pelota. Si entra, ‘cap problema’, todo vale y se tapa. Si no entra, ‘nervis’. 

Deportivamente, después de haber ganado una sola Copa del Rey en tres temporadas y ser eliminado de la Champions League en las dos últimas fases de

grupo, el Barça tiene que ganar títulos. No vale otra cosa. Xavi lo ha dejado claro: “Aquí solo vale la excelencia”. Lástima que ese nivel de exigencia no se aplique en otros estamentos, pero ahí Xavi, Lewandowski y compañía nada pueden hacer.

Este Barça, que va como un tiro en la Liga con unos números espectaculares, tiene que ganar imperiosamente todos los títulos por los que todavía compite: Supercopa de España, Copa del Rey, Europa League y Liga. En vez de ser una presión asfixiante, debe servir como acicate para devolver la ilusión al barcelonismo.

Paralelamente, el club tiene que acometer este 2023 el grueso del Espai Barça. Todavía no se ha firmado la financiación de los 1.500 millones de euros para poner en marcha el reto patrimonial más importante en la historia de la entidad. Es una pena y una cruz que una idea que se gestó en 2010 y que se votó en 2014, aún hoy esté en paños menores. 

Y económicamente los gestores del club han de ser capaces de generar más ingresos recurrentes sin activar más palancas, porque sí, te salvan hoy, pero a costa de hipotecar el club a largo plazo. Esa ha sido una idea que, como si fuera un arma, la carga el diablo.

Sinceramente, éxitos para 2023. Es lo que el FC Barcelona merece.