El gran déficit que sigue arrastrando el Barça

El FC Barcelona lleva 15 meses sin marcar un gol de falta directa

Messi fue el último en conseguirlo; Raphinha (3) y Ansu Fati (1) lo han intentado esta temporada

Raphinha es uno de los especialistas del Barça en el lanzamiento de  faltas

Raphinha es uno de los especialistas del Barça en el lanzamiento de faltas / Europa Press

Jordi Gil

Jordi Gil

El Barça de Xavi ha mejorado muchos aspectos, pero todavía quedan facetas del juego por pulir. Una de las asignaturas pendientes es el lanzamiento de faltas directas. El equipo hace 15 meses que no logra un gol en esta especialidad. Desde la marcha de Leo Messi, no se ha solucionado uno de los recursos importantes para ver portería.

El último gol de libre directo blaugrana fue el 2 de mayo del 2021 en Mestallla cuando Messi superó a Cillesssen con uno de sus perfectos disparos para firmar una victoria por 1-3. Desde entonces han pasado 15 meses sin que ningún otro futbolista del Barça haya sido capaz de ser preciso en la ejecución de estos lanzamientos.

Esta temporada, el Barça ha disfrutado de cuatro faltas desde el límite del área. Raphinha ha ejecutado tres de ellas y Ansu Fati lo probó en una ocasión. La mala racha sigue sin romperse, pese a que Xavi Hernández explicó en la pretemporada que se ensayan estas acciones y destacó la presencia de dos nuevos lanzadores como el propio Raphinha y Lewandowski que pueden ayudar mucho con sus tiros.

La realidad, sin embargo, indica que el gol 50 de falta de Messi con el Barça fue el último logrado por el conjunto barcelonista. Una barrera que no se ha podido superar hasta la fecha.

Eso sí, frente al Sevilla llegó el primer gol en una jugada de estrategia tras un córner de la temporada. Fue un balón servido en corto por Dembélé hacia Raphinha, quien centró al segundo palo, Koundé dejó el balón muerto y Eric Garcia lo empujó la red. Una acción ensayada que salió redonda.

Ante el Valladolid, por ejemplo, se lanzaron 14 saques de esquina sin obtener rédito. En esta ocasión, la pizarra funcionó para cerrar de forma definitiva el partido.