Historia SPORT

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Gerard Piqué y su no despedida

El central no jugó en El Sadar, pero siempre le quedará el recuerdo del emotivo 'adiós' que le brindó el Camp Nou frente al Almería

La decisión tomada -a regañadientes- era irremediable, pero también la correcta para acabar por todo lo alto y no hacerse más daño mútuamente

Xavi: "A Piqué le he dicho que deja un legado muy importante"

Xavi Hernández habla del legado que ha dejado Piqué / Perform

Adrià Fernández

Adrià Fernández

“A veces, en la vida, cuando te haces mayor, te das cuenta que querer es dejar marchar”. Tan cierto, tan claro y tan breve. Tan duras como reales las palabras de Gerard Piqué el pasado sábado cuando se despidió de la afición del Barça. Ayer en El Sadar se quedó sin jugar, siendo expulsado en el descanso por sus protestas arbitrales. Nunca dejará a nadie indiferente, ni con las botas colgadas. Y puso fin a una relación de amor que duró 15 largas e inolvidables temporadas. Siempre quedará aquel 'adiós' que le brindaron más de 92.000 culés en el Estadi el domingo.

Frente al Almería disputó su último partido. Las últimas veces siempre son complicadas. El último viaje, la última despedida, la última mirada, el último beso, el último abrazo, la última celebración. El último baile. El último todo. El tiempo, cruel y despiadado, siempre avanza implacable. Y en la mente, la incertidumbre de si se habrá tomado la decisión correcta. De si te arrepentirás o no. De si irá bien o mal. De cómo rehacerse a partir de ahora: tanto una parte, como la otra. Todos hemos sido Piqué alguna vez. Y quien lo niegue, miente.

Recordar los buenos momentos es lo que quedará, dejar atrás los reproches y agradecer eternamente lo vivido y lo crecido juntos. El Barça no habría sido el mismo sin Piqué, ni Piqué el mismo sin el Barça. Ni lo serán. Pura retroalimentación. No queda otra que resignarse, pasar página y asumir que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero que no se puede vivir de los recuerdos y que la proyección futura era incierta.

Inevitable. “Creo que era el momento de dejarnos un espacio, un poco de aire”, añadía Piqué entre lágrimas el domingo, consciente de que el final ya era una realidad y estaba escrito desde hacía meses. Qué difícil reconocer que toca desprenderse de a quien tanto has amado. Que no había marcha atrás, que la decisión tomada –a regañadientes- era irremediable y que no se puede remar más a contracorriente. Pero que era la correcta, para acabar por todo lo alto, para no hacerse más daño mutuamente.

Cómo no, la ventana entreabierta –o abierta de par en par- a un regreso en el futuro. ¿Cuándo? El tiempo lo dirá, pero una relación de este calibre, tan intensa y profunda siempre tendrá espacio para escribir unas líneas más. No es el final del cuento, lo es solo de un capítulo. Punto y aparte. Duele decir adiós, pero toca estar feliz y eternamente agradecido por todo lo vivido.

"Aquí nací y aquí moriré", dijo. Culé de la cuna hasta la tumba. 616 partidos, 53 goles y 30 títulos. Único en su especie, ha defendido el club hasta la saciedad y ha actuado de portavoz en infinitas ocasiones. Quinto jugador que más veces ha vestido la elástica blaugrana en la historia del club y el tercer futbolista más laureado. Infinitas gracias. Hasta pronto. Hasta siempre.