Los frustrados sustitutos de Busquets

El FC Barcelona debe hilar muy fino en encontrar el recambio de Sergio Busquets. El club lleva mucho tiempo intentando encontrar un jugador para darle descanso o que le pudiera sustituir en un futuro sin éxito.

Todo empezó en 2010. Con la marcha de Yaya Touré al Manchester City viendo que la apuesta de Guardiola era Busquets, el club se puso manos a la obra. El primer elegido fue Javier Mascherano. El Barça pagó 24 millones al Liverpool, donde jugaba de pìvote, y lo acabó reconvirtiendo como central.

Mascherano

De medio centro no daba la fluidez necesario al juego y Guardiola reaccionó rápido situándole en el eje de la zaga, donde hizo historia. Fue el recambio ideal para Puyol cuando empezó su martirio de lesiones y retirada posterior. Mascherano fue titular junto a Piqué y levantó las Champions del 2011 con Pep y del 2015 con Luis Enrique.

Song

Viendo que la opción del argentino había variado, el Barça optó por fichar otro pivote. En 2012 llegó Alexandre Song por 19 millones procedente del Arsenal. Ni de medio centro ni en un intento desesperado de ubicarle de central funcionó con Tito Vilanova y el Tata Martino de entrenadores. Tras dos temporadas de fiasco, el camerunés se marchó.

Gumbau, Samper y Oriol Romeu

La cantera fue el siguiente recurso, pero tampoco se consagró ninguno de los jóvenes valores. Gerard Gumbau, fichado del Girona, disputó 9 partidos oficiales con el Barça en las campañas 2014-15 y 2015-16 con Luis Enrique. A día de hoy juega en el Elche.

Fue en la misma época en que un jugador aún con mayor proyección, Sergi Samper, asomó la cabeza. Su talento era evidente y el club probó de rodarle con cesiones en el Granada y la UD Las Palmas. Sin embargo, las lesiones fueron su principal handicap y en el primer equipo del Barça solo pudo jugar 13 partidos entre 2014 y 2019 antes de marcharse al Vissel Kobe japonés.

Oriol Romeu, por su parte, centró su trayectoria en la Premier League después de jugar solo dos partidos con el primer equipo en la campaña 2010-11. Tras iniciar su aventura en el extranjero en el Chelsea, Romeu demostró su valía en el Southampton y actualmente es uno de los mejores pivotes de la Liga en el Girona.

André Gomes

La solución no estaba en casa y el Barça se la volvió a jugar con un fichaje. En este caso con André Gomes. En una disputa con el Real Madrid, se lo llevó en 2016 procedente del Valencia por 35 millones, más otros 20 en variables. El portugués podía alternar a priori la posición de pivote con la de interior. A la práctica no funcionó ni de una cosa de ni de la otra.

Solo estuvo dos temporadas en el conjunto blaugrana, con graves problemas de adaptación que él mismo reconoció. Everton y Lille han sido sus siguientes destinos de una carrera que se ha ido diluyendo.

Oriol Busquets, Reis y Orellana

De nuevo, se probó con la cantera con Oriol Busquets ya en la etapa de Valverde como entrenador. Llegó a debutar y se esperaba mucho de él, pero como ocurrió con Samper, una grave lesión truncó su trayectoria. El Twente neerlandés, Clermont francés y Arouca luso han sido sus destinos de un futbolista aún con camino por delante a sus 24 años.

Una de las pruebas fallidas fue el fichaje del neerlandés Ludovit Reis. Llegó a cambio de 7 millones de euros del Groningen para jugar en el Barça Atlètic y prepararse para el primer equipo. La realidad fue que solo recibió dos convocatorias del primer equipo con Quique Setién en verano del 2020 para los partidos de Champions en pandemia ante el Nápoles y Bayern. No tuvo minutos. Actualmente está en el Hamburgo de la Bundesliga 2.

Igual le ocurrió a Jandro Orellana. Un producto de La Masia al que Setién llamó ante el Nápoles y Xavi Hernández lo convocó la pasada campaña para los tres últimos partidos de campeonato. Se quedó sin debutar y esta campaña juega en el Andorra.

Matheus Fernandes

Otro experimento sin éxito fue el de Matheus Fernandes. El Barça pagó 7 millones de euros al Palmerias por su fichaje y solo jugó 17 minutos en un partido de Champions en Kiev. El club lo cedió al Valladolid, donde solo disputó 3 partidos y lo despidió. Un tribunal sentenció al FC Barcelona a pagar 8,5 millones por su salida.

Pjanic

Un fichaje que debía ser de enjundia es del Miralem Pjanic. El club valoró su incorporación en 60 millones en una rocambolesca operación de trueque con la Juventus en la que entró Arthur Melo.

El bosnio solo estuvo una temporada con Ronald Koeman y no dio la talla. Fue cedido al Besiktas y ahora juega en los Emiratos Arabes Unidos.

La ilusión con Nico y Casadó

La esperanza en la cantera sigue en Nico González, cedido al Valencia, y en un futuro en Marc Casadó, la perla del filial.

Quizá sacar a otro Busquets del fútbol base puede volver a ser la solución. En La Masia se sigue trabajando para fabricar a futbolistas con el ADN Barça.