El ex del Barça que puede proclamarse campeón de la Libertadores

Marlon Santos tiene la oportunidad de ganar este sábado su primer título continental, la Copa Libertadores 2023, que se decidirá en Maracaná entre 'su' Fluminense, que parte como favorito, y el Boca Juniors. A sus 28 años, este central diestro, que estuvo en la disciplina del Barça la temporada 2016-17, regresó al club donde se formó el mes de julio, cedido por el Shakhtar Donetsk hasta junio del próximo año.

Boca - Fluminense, una final de Libertadores de 'viejos rockeros'

En el equipo que entrena el carismático Fernando Diniz, que compagina el cargo con el de seleccionador, cuenta con minutos de calidad (ya contabiliza 17 encuentros los últimos meses), pero, en principio, todo apunta que este sábado empezará desde el banquillo el partido más importante de la historia del Fluminense.

La pareja de zagueros del Tricolor será la formada por el veteranísimo Felipe Melo, de 40 años, y Nino. En principio puede tener su oportunidad, si el partido se pone físico y el cuerpo del ex del Almería y Racing de Santander dice basta.

Marlon es un 'moleque de Xerém', un producto futbolístico de las categorías de base del Fluminense, una de las que cuenta con mayor prestigio en Brasil. Allí se formó como futbolista y persona, fue internacional por Brasil en categorías de base, e hizo el salto al primer equipo en 2014, cuando solo tenía 16 años.

El Barcelona lo pescó por 5 millones de euros en una apuesta financiera 'low cost'. La temporada 2016-17 la disputó en el filial, entonces en la Segunda División B, pero acabó jugando cuatro partidos en el primer equipo. Por eso, en su palmarés hay una Copa del Rey. Ernesto Valverde no confió en él cuando lo vio en acción durante la pretemporada y allí se terminó su etapa blaugrana en el verano de 2017.

Fue cedido al Niza, donde jugó la campaña 2017-18, y al terminar acabó siendo traspasado al Sassuolo italiano, por una opción de compra obligatoria. El Barcelona acabó embolsándose 12 millones de euros.

Dio el salto a Shakhtar, uno de los clubes europeos que más apuesta por el talento brasileño, pero la Guerra de Ucrania truncó su paso por el fútbol de aquel país. Cuando estalló el conflicto bélico, tuvo muchísimas dificultades para abandonar el país. Su salida con su familia fue una auténtica epopeya, que mantuvo en vilo a la opinión pública brasileña.

Jugó cedido el último curso en el Monza, y, este en verano, pidió volver a su casa, donde estará, como mínimo, hasta el mes de junio.