Adama, de velocista endeble a portento físico
El jugador de L’Hospitalet de Llobregat regresará al conjunto blaugrana con un aspecto muy diferente al que lucía cuando partió hacia la Premier League
El aceite corporal para bebés, el otro gran secreto de 'La Flecha'
Cuando jugaba en las categorías inferiores del FC Barcelona, Adama Traoré ya tenía un potencial físico interesante. Las galopadas por la banda fueron la carta de presentación de un endeble futbolista que, a base de mucho trabajo pero ningún ejercicio de pesas aunque parezca complicado de entender, ha experimentado una transformación espectacular durante su etapa en la Premier League. En este caso más que nunca, las imágenes valen más que mil palabras. El de L’Hospitalet de Llobregat regresará al conjunto blaugrana con un aspecto muy diferente que el que lucía cuando partió hacia las islas británicas.
“Por mi genética gano volumen muy rápido, no es por hacer pesas”, ha respondido siempre que ha sido preguntado por su ‘mutación’. “Adama es un caso especial, no trabaja pesas. Hay que fiarse de lo que dice. La genética y el trabajo están ahí, no lo ha escondido nunca”, dijo Luis Enrique durante una convocatoria de la selección española de finales de 2020, en la que ‘La Flecha’ estuvo en boca de todo el mundo por sus buenas actuaciones. “No os equivoquéis, él no es solo velocidad y físico. Tiene capacidad para mantener el balón, es muy hábil”, prosiguió el técnico asturiano en su comparecencia ante los medios.
Un año antes, cuando el catalán empezó a despuntar en el Wolverhampton, Óscar Martínez, su entonces preparador físico, aseguró al diario SPORT que la clave del ‘nuevo’ Adama “no es solo la potencia, sino su capacidad de mantenerla”. “Nosotros no hablamos de fuerza, sino de potencia. Cuando llegó a nuestro centro en Barcelona empezó con el entrenamiento isoinercial. Un futbolista, para ser profesional, debe dar más de 600 vatios de potencia. Adama se quedaba en 590, pero ahora ya supera los mil”, reveló. Evidentemente, el espectacular cambio del cuerpo exigió un “trabajo incansable” al atacante.
El otro secreto de Adama
Otra de las peculiaridades de Adama es que, antes de cada partido, se unta los brazos con aceite corporal para bebés. La razón de ser de este ritual se encuentra en las cuatro lesiones de hombro que sufrió por culpa de los agarrones y las artimañas de los rivales en el intento de frenarlo. El cuerpo médico del Wolverhampton le hizo una recomendación que acabó con los problemas musculares de Traoré: desde que se aplica el mejunje, solo se ha perdido un encuentro y por un contratiempo en el muslo.
“Es algo que hemos tenido que hacer para proteger a Adama. Los rivales están tan preocupados de que él se marche por velocidad que estiran la mano y tiran de su brazo. Eso estaba causando que su hombro se saliera durante los partidos. Lubricar esa zona hace que sea más difícil para los rivales agarrarlo y ayuda a prevenir mayores daños”, explicaron fuentes del vestuario inglés al diario ‘The Sun’ cuando el secreto del extremo salió a la luz.
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