Elías, un cerrojo de época

Defensa catalán, destacó por su agilidad, temple y efectividad entre 1943 y 1948. Por temas de salud y técnicos avanzó su adiós para dedicarse al bar que abrió en la calle Mallorca

Formó una gran dupla defensiva con Curta en la década de los 40 y colgó las botas con 29 años

Jaume Elías lucía el fino bigote que estaba de moda en la década de los 40. Samitier, el entrenador barcelonista, no paró hasta que se lo rasuró. Los bigotes solo los llevan los jugadores del Espanyol, decía el ‘Mago’

Jaume Elías lucía el fino bigote que estaba de moda en la década de los 40. Samitier, el entrenador barcelonista, no paró hasta que se lo rasuró. Los bigotes solo los llevan los jugadores del Espanyol, decía el ‘Mago’ / FCB

David Salinas

David Salinas

Jaume Elías Casas nació el 6 de noviembre de 1919 en Barcelona. Hijo de Francisco y Francisca, empezó a jugar en la calle, como todos los aspirantes a futbolista de la época, ingresando en el equipo infantil del Europa a los 12 años —Petits Europeus— y en el del Martinenc a los 13  —Front de Juventut—.

En el Martinenc creció como jugador (defensa) y llegó al primer equipo, destacando por su capacidad de anticipación, potencia y valentía. Contó, tras colgar las botas, que un emisario del Barça le propuso fichar por el equipo de Les Corts al finalizar el curso 1939-40. Era amateur (trabaja de electricista) y “me hacía ilusión jugar en el Barcelona”, confesó.

Sin embargo, la realidad fue otra y Elías vistió la camiseta del Espanyol en marzo de 1940. Su llegada a Sarrià fue meteórica. El autocar del equipo ‘realista’, de regreso a Barcelona desde Sevilla, donde había caído 4-0 en el campo de Nervión el 10 de marzo, sufrió un accidente en Talavera de la Reina dos días después. En el percance resultaron heridos de consideración Cayuela, Trías y el defensa Pérez. La secretaría técnica del Espanyol se movió con celeridad y fichó a Elías, que debutó el fin de semana siguiente contra el Racing (3-1) formando dupla con Teruel.

En su momento Elías explicó que “me lo propusieron y como lo del Barcelona era secreto y puramente particular, no quise liar el asunto, pues en estas circunstancias muchas veces se complican las cosas. Creo que tampoco le hacía falta yo al Barcelona en aquellos momentos”, contó en el semanario ‘Barça’ en marzo de 1958.

Tenía entonces 19 años y solo jugó tres partidos de Liga, hasta la reaparición de Pérez. Sin embargo, a partir de la siguiente temporada (1940-41) fue indiscutible en la retaguardia del equipo de Patricio Caicedo. Defendió los colores del Espanyol hasta el ejercicio 1942-43, logrando este curso sus mejores registros: 25 partidos (22 de Liga, 1 de Promoción y 2 de Copa).

El Barça

Su llegada al FC Barcelona, explicó en su momento, fue de común acuerdo entre todas las partes. El equipo azulgrana andaba corto de elementos defensivos, el Espanyol necesitaba dinero y Elías completaba, tres años después, su sueño de llegar a Les Corts. “Vestir los colores azulgranas es la máxima ilusión de cualquier jugador nacido en esta tierra. Así, pues, Jaime Elías, satisfecho, y más que contento de estar en el Barcelona”, confesó.

Elías, con 24 años, firmó en blanco por el Barça la temporada 1943-44. El Espanyol recibió 40.000 pesetas. Fue una de esas adquisiciones de rendimiento inmediato: jugó 132 partidos oficiales (no anotó ningún gol) y fue campeón de Liga 1944-45, con Pepe Samitier en el banquillo, y 1947-48 y 1948-49, con el uruguayo Enrique Fernández. En su última campaña también conquistó la Copa Latina y la Copa Eva Duarte.

Cuando firmó por el Barça contó que Samitier “se empeñó en que los bigotes solo podían llevarlos los jugadores del Espanyol. Y no cesó hasta que me lo afeitara. Yo, al principio, me resistí, pero al final accedí a ello”. Elías lucía por aquel entonces el fino bigote que estaba de moda, popularizado, entre otros, por Errol Flynn, un galán de la pantalla cinematográfica.

Dupla histórica

Elías formó una pareja mítica junto a Josep Puig Puig, conocido como ‘Curta’. Eran tiempos de duplas defensivas y el gerundense, por físico y arrojo, hacía la primera carga. Saltaba hacia el delantero centro. Elías, más rezagado, era el cerrojo de seguridad por su velocidad, reflejos y efectividad en el corte. El tándem defensivo llegó a compararse a la que formaron en la ‘Edad de Oro’ Walter y Enric Mas.

La retirada de Elías fue prematura. Jugó su último partido oficial en Sarrià el 5 de diciembre de 1948 y el último amistoso en marzo de 1949, contra el Elsborg en Les Corts. Tenía 29 años. Inició la campaña 1949-50 pero ya no estaba para jugar. Dijo basta. “Mi estado de salud, debido a unas infecciones intestinales, no era óptimo”, argumentó. Sufría enterocolitis espasmódica desde finales de agosto de 1949 y llegó a perder siete kilos en dos meses... Otra razón para decir adiós fue por “las nuevas tácticas, que habían cambiado por completo, y para mí era una montaña asimilarme a ellas. Ya era mayorcito”.

Pudo prolongar su carrera deportiva, apurar unos años más en el banquillo o cambiar de aires, pero no se engañó. Había invertido en un bar, en la calle Mallorca 525 (esquina Independència), y se entregó a su negocio: “Dejé paso y salté tras el mostrador”, explicó. 

El ‘Bar Elías’, que sigue en pie, fue punto neurálgico y de reunión de muchos barcelonistas, viejas glorias y del momento, además de ser, desde febrero de 1956, la sede la ‘Peña Villaverde’, en honor al fuera de serie uruguayo. Elías también forjó amistad con el joven Antoni Baró (presidente del Espanyol entre 1982 y 1989), asiduo a su establecimiento durante su etapa de estudiante de derecho.

Elías, viudo, falleció en Barcelona el 18 de septiembre de 1977. Tenía 57 años. Sus restos mortales fueron incinerados.