Elena Fort: "Las mujeres son más empáticas que los hombres cuando tocan poder"

"Harían falta cuotas durante un tiempo para que se normalizaran las mujeres en las directivas", asegura

La portavoz y vicepresidenta institucional del Barça reflexiona sobre cómo es trabajar en un mundo masculinizado

Elena Fort posa para SPORT

Elena Fort posa para SPORT / JAVI FERRÁNDIZ

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Elena Fort (53 años, Barcelona), portavoz y vicepresidenta institucional, es la única mujer de la directiva del Barça. Una situación que, reconoce, le genera algunas contradicciones en un club que va tarde con la normalización de las mujeres. Hablamos con ella sobre cómo es trabajar en un mundo masculinizado.

Conciliar trabajo y familia es uno de los grandes conflictos de nuestra sociedad. ¿Sientes que se juzga más a la mujer cuando es ella la que pasa más tiempo fuera de casa? 

Reivindico que no tengamos este sentimiento de culpa por no hacer el papel de madre tradicional que siempre se ocupa de los niños. Cuando mi marido estaba vivo, yo trabajaba más horas y tenía mejor sueldo, así que él se ocupaba más de las cuestiones de casa. Y cuando me ha tocado estar sola con mis hijos, ellos siempre me han empujado a meterme en política y en el Barça. Creo que es importante que ellos vivan con naturalidad que una mujer puede hacer todos los trabajos con absoluta normalidad. 

¿Cuáles han sido sus referentes femeninos?

Mi madre fue referente en muchas cosas, pero a la vez era de esas mujeres nacidas en los años cuarenta que trabajaban en casa y creo que, cuando crecí, pensé: ‘Yo no quiero esta vida’. Yo quería una vida diferente. Somos una generación que vimos un mundo más abierto y queríamos hacer cosas diferentes. Seguramente la mujer que más me ha marcado fue mi primera jefa en un despacho de abogados. Esa señora hacía exactamente lo que yo quería hacer: era bueno en lo suyo y sabía compaginarlo con la vida familiar.  

¿Recuerdas algún consejo que se te quedara grabado?

Más que un consejo me quedé con son su manera de actuar. Ella siempre me decía: ‘mira somos profesionales, no somos ni hombres ni mujeres’. Este concepto de decir: ‘aquí estoy’. Muchas veces el problema que tenemos las mujeres es que nos tenemos que reivindicar cada día. 

El vínculo a un club se explica a menudo con figuras masculinas. Sobre todo con esas primeras veces padre-hijo en un estadio. ¿Cómo fue tu puerta de entrada al Barça?

A mí padre siempre le gustaba explicar que antes de llevarme al registro civil me había llevado al Barça para hacerme socio. Mi padre me mete en este mundo pero en mi caso era un ADN familiar. Quien recuerdo más culé en mi vida es mi abuela. En los años 40 ella ya era socia y era la que lo vivía con más intensidad. A mí siempre me gusta decir que nací culé y lo seré toda la vida porque mi forma de ver el mundo y la vida está atravesada por el Barça. Mis recuerdos están vinculados al club. Recuerdo a mi padre llorar con la final de Basilea o a mi abuelo explicándome cómo se metía la senyera dentro del abrigo para entrarla al campo. 

Joan Laporta es una figura clave en tu vida, ¿cómo explicas vuestra complicidad?

Yo creo que, teniendo los dos personalidades muy distintas, tenemos en común que somos luchadores y excesivamente pasionales [sonríe]. Y además entendemos el Barça de la misma manera. No solo como club de fútbol sino por nuestra forma de ver el país y sentirlo. Pero sobre todo somos dos personas con pasión vital y muy luchadoras.

Sorprende la falta de paridad en las directivas o la poca visibilización de la homosexualidad en el fútbol ¿Por qué esta brecha entre la sociedad y el mundo del fútbol?

El fútbol es un mundo estrictamente masculinizado. En el tema de la homosexualidad tenemos un gran camino por recorrer. Y además es sorprendente porque, en el momento que las mujeres han entrado en el mundo del fútbol y manifiestan públicamente su homosexualidad, se ha vivido de manera absolutamente normal. En cambio con los hombres hay un tabú terrible. A mí me gusta explicar que en el Barça, a través del equipo femenino, estamos abriendo muchas ventanas. Y creo que en las próximas generaciones será algo muy normalizado. Creo que los aficionados del Barça ahora tienen referentes por igual del masculino y el femenino.

¿El Barça femenino es el mejor altavoz que tiene el club ahora para estas cuestiones?

Es altavoz más visible pero no el único. Este jueves las mujeres del club que estamos en una posición de tomar decisiones, pero también otras mujeres, hacemos una charla con socias porque el club también está haciendo internamente un papel. Quizás mi papel no es el más ejemplarizante porque yo estoy sola en la directiva pero el Barça puede hacer muchas cosas porque tenemos muchas mujeres en posiciones sensibles del club. 

Eres la única mujer en la directiva ¿realmente el club está dando pasos hacia adelante?

Creo que hay mucho camino por recorrer pero también tenemos que hacer autocrítica las mujeres. Cuando empezamos a construir la candidatura del 2021, se habló con mujeres y la respuesta fue negativa. Las mujeres, muchas veces, porque esto es un trabajo a tiempo completo, porque la conciliación aquí no existe y tienes que asumirla, porque en ese momento había un aval importante... prefieren no entrar. Tenemos que perderle el miedo al Barça.

¿El Barça va tarde en la normalización de la mujer? 

Cada vez ya hay más mujeres en puntos de decisión importantes, pero es evidente que, en el momento que hay una sola directiva de 19, la cuestión no está normalizada. Ayer leía a una directiva europea que hablaba de obligar a todas las empresas a tener una paridad en 2026. 

¿Lo ve posible en el Barça? 

Por ahora hay un proyecto de ley del deporte catalán que ahora está parado pero que debería establecer paridad para las juntas directivas. Yo creo que esto es muy complejo, pero es un camino que tenemos que recorrer. 

¿Las cuotas son la única forma de que haya paridad? 

Tengo una contradicción con esto. Como mujer feminista, sé que la paridad o las cuotas, son una buena manera porque en política se ha conseguido. Pero, por otra parte, también pienso que quien llegue debe ser por méritos. Pero sí, creo que necesitamos durante un tiempo unas cuotas para que esto se normalice. 

Has trabajado con hombres y mujeres que tocan poder, ¿tienen formas distintas de mandar?

Sí. Creo que la visión de la mujer tiene un punto más humanista o más empático, que no los hombres. Quizás porque culturalmente ha tenido que gestionar más conflictos en casa, funciona de otra forma. La mujer tiene una sensibilidad distinta.

¿Trabajar con hombres ha hecho que reprimas más tus emociones?

[Sonríe]. Yo personalmente soy igual. A veces les hablo de sexo y piensan: ¿qué hace esta mujer hablando de sexo? Entre ellos pueden hacer bromas. pero si entro yo les coge un patatús. A veces siento que tengo que tener más mano izquierda con los hombres a la hora de decir las cosas.

¿Ser directiva del Barça se disfruta o se sufre?

Mucha gente me dice: ¿pero qué haces aquí? A veces renunciando a cargos remunerados. Pero supongo que hay una parte irracional o vinculada a las emociones en nuestras elecciones. Siempre digo que cuando trabajo aquí me acuerdo de mis padres y de mis abuelos.