Eduard Romeu, el señor de las palancas

Cuestiones profesionales y discrepancias con algún otro miembro de la junta directiva hacen que dimita quien ha conseguido revertir la situación económica del club

Sigue la rueda de prensa de Laporta, en directo

Eduard Romeu: "No tengo nada que decir de la imputación a Laporta por el 'caso Negreira'"

Eduard Romeu, vicepresidente económico del Barça, no ha querido hacer declaraciones sobre la imputación de Laporta por el 'caso Negreira' / DAVID BERNABEU

Ferran Correas

Ferran Correas

Cuando Eduard Romeu, ya exvicepresidente económico del Barça, le entregó este miércoles a Joan Laporta su carta de dimisión, el presidente del club intentó convencer al empresario para que siguiese, como mínimo, hasta final de temporada. No lo consiguió. La decisión la tenía tomada desde hace un mes, pero había esperado a que el primer equipo se clasificase para los cuartos de final de la Champions. Con ello, el presupuesto de esta temporada estaba más o menos cubierto. Hay una pequeña desviación que considera acabará corrigiéndose. Otra cosa es lo que pueda pasar con Barça Vision.

Fue un momento emotivo. Laporta le agradeció el trabajo realizado y recordó que sin él, no hubiese sido presidente, pues lo fue gracias al aval presentado por José Elías, dueño de Audax, y el propio Romeu, por aquel entonces ejecutivo de la misma empresa de energías renovables. Romeu también le agradeció la oportunidad que le había dado de ser directivo del Barça, algo con lo que soñaba desde niño.

Se sinceraron y Laporta le reconoció a Romeu que ni José Elías ni Ferran Olivé, tesorero del club, le habían puesto las cosas fáciles. Mientras siguió formando parte de Audax, Romeu tuvo que mediar varias veces entre Elías y Laporta, dos personas con carácter fuerte. Se acabó distanciando de su amigo Elías y partiendo peras. Aquella decisión ha sido clave para que acabe dejando el club. Mientras trabajaba en Audax, tenía un pacto con Elías para que dedicase todo el tiempo que necesitase al Barça. Ya fuera de Audax, ha creado recientemente una consultora médica. Le tiene que meter horas y ya no le puede dedicar tanto tiempo al Barça. Y él considera que el vicepresidente económico de la entidad, dada la situación del club, debe hacerlo.

Además, una visita a un banco sirvió de detonante. Romeu solicitó un crédito para empezar su nueva aventura empresarial, que le fue denegado por el aval que tiene en Can Barça. Existe un riesgo, le dijeron.

Respecto a Olivé, la relación entre ambos no era buena casi desde el principio. Romeu, tras dejar Audax, le pidió a Laporta ejercer de CEO y vicepresidente económico, pero quien está haciendo estas funciones es el tesorero, no estando de acuerdo el ya exvicepresidente, pues es él quien después era el máximo responsable de la situación económica. Creía que el vicepresidente debe tener el control de la situacion y no la podía tener al completo.

Clave en revertir la situación

Romeu se convirtió en vicepresidente económico del Barça tras el triunfo de Joan Laporta en las elecciones del Barça en marzo del 2021. Quien debía serlo, Jaume Giró, se bajó del barco antes de que empezase a navegar y con su marcha se cayó toda la estructura que tenía organizada la candidatura para presentar el aval que exigía LaLiga. Laporta buscó avalistas y encontró a Elías y Romeu, que se habían acercado a la candidatura antes de las elecciones sin lograr entrar en ella. Romeu, cuando entró en Audax, le hizo prometer a Elías que si un día llegaban a facturar mil millones de euros, le ayudaría a ser presidente del Barça. Elías cumplió su promesa de llevarlo al palco, eso sí, hasta una vicepresidencia.

Durante casi tres años, Romeu ha trabajado para revertir la situación económica del club. Y se marcha convencido de que lo ha conseguido. Fue clave en la reestructuración de la deuda con un crédito inicial de Goldman Sachs de 595 millones de euros, en la consecución del crédito de 1.450 millones también de Goldman Sachs para las obras del Espai Barça y en idear las famosas palancas con las que el Barça pudo reforzar la plantilla en el verano del 2022. Y todo ello sin Ferran Reverter, el CEO que dimitió hace dos años y con el que se entendía a las mil maravillas.

Romeu se marcó como objetivo que el club dejase de perder dinero en cada ejercicio, acabar con esos 200 millones de desfase entre ingresos y gastos. Esta temporada, el Barça lo conseguirá sin aplicar ninguna palanca. Cree que el trabajo principal ya está hecho, pero advierte que queda mucho por hacer y que puede ser fácil estropear el trabajo hecho hasta ahora. Espera que eso no ocurra y que el club pueda ir acumulando beneficios para ir reduciendo la deuda de 1.200 millones de euros. Era su principal obsesión en la actualidad.