El día que D10S bendijo a Lamine Yamal

Todo, absolutamente todo lo ocurrido con la foto viral de SPORT y Joan Monfort es inexplicable desde la razón

Tercera asistencia de Lamine Yamal

Leo Messi y Lamine Yamal, una historia que comenzó mucho antes de lo que imaginamos...

Leo Messi junto a un Lamine Yamal de 6 meses / SPORT.es

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Lo de Messi y Lamine, la foto del calendario solidario lanzado por este diario en 2008, es puro determinismo causal. Esta doctrina filosófica asegura que todo es resultado de una ley natural y de unas condiciones previas. Por lo tanto, todo es inevitable y lo que tiene que pasar, pasa porque tenía que pasar, que diría un 'cuñao'. Es un poco liado, sí, pero es una de las pocas maneras de explicar lo que parece una casualidad de esas que se cuentan una entre un millón.

El encuentro puede explicarse también desde la divinidad, que así ha funcionado el mundo durante siglos. En este caso sirve porque, evidentemente, también es un milagro. O la transmisión de un milagro. Lo de Messi y Lamine Yamal es la continuación de 'La creación de Adán' de Miguel Ángel. En este caso no fue la Capilla Sixtina donde el pintor vestido de fotógrafo, Joan Monfort, asumió su papel de artista inmortalizando el momento en el que D10S dio vida al primer hombre, sino en el vestuario visitante del Camp Nou.

Las imágenes nunca vistas de Leo Messi y Lamine Yamal

Las imágenes nunca vistas de Leo Messi y Lamine Yamal / Joan Monfort - SPORT

Antes de que llegara aquel jueves 27 de diciembre de 2007 tuvieron que pasar muchas cosas. No entraremos a describir la historia que llevó a Leo Messi a Barcelona ni la que llevó a Mounir Nasraoui, marroquí, y a Sheila Ebana, de Guinea Ecuatorial, a Catalunya. Eso ya forma parte de un efecto mariposa mucho más extenso en el tiempo. Sí, en cambio, es necesario comentar que un año antes de la imagen el diario SPORT arrancó un proyecto con la Fundació FC Barcelona y Unicef.

Se trataba de un calendario solidario producido y comercializado por este rotativo cuyos beneficios iban destinados a proyectos promovidos por la ONG. La Fundació, a través del Barça, puso el escenario y los futbolistas de la primera plantilla blaugrana. Todo aquello ya tenía un sentido entonces, pero, diecisiete años más tarde, aún lo tiene más porque el determinismo causal ha querido que la fotografía de Joan Monfort inmortalizando a Leo Messi sosteniendo entre sus brazos a Lamine Yamal se convierta en un incunable.

¿Por qué Lamine Yamal?

Unicef se encargó de reclutar a los niños y niñas que participaron de aquel calendario y, para ello, propuso un sorteo con el que elegir a los pequeños protagonistas. Mounir y Sheila apuntaron a su bebé, que entonces tenía solo cinco meses. La suerte, o esa es la explicación más usada en estos casos, le sonrió. En realidad, como explicábamos, estaba todo escrito en alguno de esos lugares inaccesibles para la razón humana.

Messi, posando para el calendario de Unicef con un joven Lamine

Messi, posando para el calendario de Unicef con un joven Lamine / Joan Monfort

Cuando Joan Monfort se presentó puntual para montar el set, allí estaban madre e hijo. "No fue una fotografía fácil", recuerda el entonces fotógrafo de SPORT, "Messi era muy joven y era un chico introvertido y claro, se encontró un bebé en una bañera sin saber exactamente cómo interactuar. Eso sí, fue muy amable, muchísimo". Fue más tarde cuando se convirtió en un padrazo, pero esa es otra historia. Fue, asegura Monfort, "Lamine Yamal el que se ganó a Leo porque no paraba de sonreír, era muy simpático. A partir de ahí salió todo rodado y Joan recuerda que pudo hacer "entre 30 o 40 fotos". De todas ellas se eligió solo una, la que comparten Leo, Sheila y un bebé Lamine Yamal.

El fotoperiodista es consciente de que algo especial sucedió aquel día, pero lo ha sabido al cabo de muchos años: "¿¡Que qué pienso!? Pues que vaya chiripa, ¡qué suerte! Pudo ser otro bebé y nunca haber sido futbolista y, entonces, no tener ninguna relevancia más allá del calendario, pero la verdad es que a veces este oficio te da este tipo de alegrías. Está bien que las cosas a veces salgan bien aunque sea con fortuna". Monfort tiene claro que "es una carambola de esas imposibles que, si la buscas, no la encuentras".

Monfort no sabe que, en realidad, no se trata de una carambola, sino del determinismo causal provocado por la ley natural que supone tener al futbolista predestinado a ser el mejor de la historia con uno de los que apunta a serlo. Que ambos coincidieran hace diecisiete años y hoy estén donde estén no es fruto de la casualidad, sino de causalidad. Todo pasa porque tiene que pasar y, eso es indiscutible, cosas así solo suceden en el Barça... con la colaboración de SPORT.