El regreso del genio incomprendido
Tic-tac, tic-tac…Parece que faltan horas apenas para volver a ver en acción al sin duda futbolista que más ha ilusionado en lo que va de temporada (no hace falta ni recalcar aquello de que Messi come aparte). Porque un curso futbolístico se puede hacer eterno sin esos pequeños bocaditos de ilusión. Desde mediadios de julio hasta bien entrado junio, casi 11 meses de competición necesitan alicientes, cosas que se salgan del guión, lo que denominamos habitualmente como ‘clavos ardiendo’. Ousmane Dembélé sin duda lo es esta campaña.
DEL INFIERNO AL OLIMPO
El extremo francés ha llegado a estar con apenas semanas de diferencia en el infierno para el entorno del Barça y en el Jardín del Edén barcelonista. Él solito, sin apenas abrir la boca, sin siquiera cambiar el semblante, sin que parezca que la cosa vaya demasiado con él, ha generado frustración y admiración a intensidades iguales.
El pasado 9 de noviembre, tras un discreto partido frente al Inter en Champions, el jugador nacido en Vernon desapareció del mapa, se esfumó, se evaporó. Tenía que presentarse al entrenamiento y estuvo desaparecido durante hora y media, tras la cual adujo que sufría una indisposición. La prensa se le echó encima, le crucificó, y los rumores sobre una posible salida crecieron como la espuma los días venideros. El guión cogió tintes ‘tarantinianos’ cuando Ousmane, en sus momentos más bajos, empezó a jugar su mejor fútbol desde que viste la camiseta azulgrana. Exhibiciones ante PSV y Villarreal y nuevo retraso el 9 de diciembre en un entrenamiento. Pero algo había cambiado. Ya era Dembélé, el genio incomprendido.
FRENAZO
Lástima que en el duelo ante el Leganés el tobillo del ex del Dortmund sufriera un inoportuno esguince. ‘Coitus interruptus’ para su evolución y para el deleite del barcelonismo. Pero eso ya pasó. Ousmane ha dejado atrás la lesión, lleva días ejercitándose al ritmo de sus compañeros y está listo para regresar donde lo hacen los jugadores especiales como él, en las grandes plazas. San Mamés, La Catedral, espera al talento del galo. Ahí se verá las caras con otro velocista que está a un nivel espectacular como Iñaki Williams.
El jugador del barrio de la Rotxapea ha dado este curso un salto de calidad espectacular y es la gran baza en ataque de un Athletic que parece haber recuperado el orgullo y el amor propio con la llegada de Gaizka Garitano. Posiblemente sea el futbolista dentro del panorama internacional con más similitudes con Ousmane. Una velocidad de conducción endiablada, potencia y un desmarque casi imparable. Mejor técnicamente el galo y con más temple dentro del área, con más sangre el ‘león’.
EN MANOS DE ERNESTO
Falta por ver si Valverde decide que la vuelta de Dembélé sea desde el once titular o espera al segundo tiempo para darle la alternativa. Esto segundo es lo más probable (más tras la gran actuación de Malcom en el clásico). Lo que sí está claro, clarísimo, es que Coutinho, que estaba llamado a coger el testigo del francés y a aprovechar su baja, ha dejado escapar el tren. Pero con Ousmane nunca se puede dar nada por sentado. Él es distinto y cuando está de por medio puede hacer hasta que los entrenadores más metódicos y ‘tradicionales’ como el ‘Txingurri’ se salgan del guión. Ganas de verlo de nuevo en acción.
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