Cuatro curiosidades de los inicios de Murillo
Sport.es
Desde pequeño Jeison Murillo lo tuvo claro: quería ser futbolista. No era el único de la familia. Sus dos hermanos, John y Junior, también soñaban con ser profesionales. Los tres compartían la misma bici hasta el entrenamiento.
Una bicicleta que le cedió la escuela de entonces (Andrés Sanín) antes de incorporarse a la inferiores del CalI. El trayecto hasta el entrenamiento era de 20 minutos y Murillo se situaba junto a sus hermanos, él se sentaba en la barra de la bici.
Más allá de su crecimiento deportivo, era un buen estudiante. Algo de lo que él mismo presume cuando le preguntan. "Me fue bien en la escuela, yo era el mejor en la clase". En esa misma época empezó a interesarse también por la música, siendo el ballenato y la salsa sus génermos preferidos.
En las inferiores no sólo jugaba de central. Cuando el jugador más destacado del rival era el extremo derecho, los técnicos lo situaban a menudo en el lateral izquierdo. Su velocidad y envergadura le permitían rendir en las dos posiciones.
En su país aseguran que cuando llegó a España, cedido por el Udinese, con solo 17 años incluso Del Bosque se interesó por su situación para ver si era posible captarlo para la selección.
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